Libros

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Mr. Smith y el paraíso // Introducción ingeniosa

Por J.V.

Economía: Un recorrido por la historia del pensamiento económico; ameno pero sesgado.

Economía: Un recorrido por la historia del pensamiento económico; ameno pero sesgado.

Mr. Smith y el paraíso
Georg von Wallwitz
Acantilado, 2016
236 páginas. 
Precio: 14€

Georg von Wallwitz (Múnich, 1968) es un gestor de fondos de inversión con un perfil poco común, con formación en matemáticas, pero también en filosofía. Esta singularidad produjo un libro breve que es una pequeña joya, Ulises y la comadreja, una divertida  y amena introducción al funcionamiento de los mercados financieros para profanos, y ahora repite la jugada con la historia del pensamiento económico,  de Voltaire a Schumpeter. El resultado es también interesante, pero menos especial. De entrada, porque esta mirada enciclopedista y hasta filosófica es una rareza en la literatura sobre los mercados financieros, pero de ninguna manera en la historia del pensamiento económico. Pero también porque el autor demuestra un conocimiento de la tradición neoclásica —la suya— muy superior a la del mundo de la economía crítica, con filias y fobias demasiado a la intemperie y líneas tan arriesgadas como considerar a Bakunin como precedente del Tea Party y concluir que “el bienestar goza de una excelente salud”.

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Banco de Alimentos ¿Combatir el hambre con las sobras? // Un lavado de cara

Por Mariana Vilnitzky

Banco de alimentos: Aparentemente, quienes consumimos somos responsables del desperdicio alimentario. Esto no es exactamente así.

Banco de alimentos: Aparentemente, quienes consumimos somos responsables del desperdicio alimentario. Esto no es exactamente así.

Banco de Alimentos ¿Combatir el hambre con las sobras?
X. Montagut. J. Gascón
Icaria, 2016
87 páginas. Precio: 9 €

A veces, lo aparentemente bueno puede producir el efecto contrario del que busca. Esta es la premisa que los autores toman para hacer una crítica al Banco de Alimentos, que tildan de “lavado de cara” de empresas, y un sistema, que produce lo que en teoría combate.

Los autores buscan, primero, en el sistema agroindustrial que produce el hambre (aunque sus impulsores dicen que lo combate) y que pone en manos de grandes transnacionales la tierra y la producción de alimentos. Cuenta cómo ese sistema, con las grandes superficies de compra como principales canales de distribución, son responsables de la mayor parte del desperdicio alimentario, desde la cosecha, la pérdida en el transporte y el desecho de frutas o verduras “imperfectas”.

Una aclaración importante, que dan al final del libro, es que los impulsores del Banco de Alimentos son los mismos dueños de esas grandes superficies y esas pocas corporaciones de la  industria alimentaria.

Los grandes supermercados forman parte del Banco de Alimentos  y movilizan  a 20.000 personas voluntarias que piden en la puerta del supermercado que la gente compre más para donar. Esos mismos establecimientos tiran a la basura una buena parte de la producción, ya sea porque no quieren mostrar la fruta o verdura con defectos, o porque tiran lo que está a punto de caducar y lo que tiene vencida la “fecha de consumo preferente” (algo distinto que la fecha de caducidad: los productos no están en proceso de pudrirse, sino que comienzan a perder propiedades vitamínicas). Además, la mayor parte de lo que da el Banco de Alimentos, procede de subvenciones de la UE, que se podrían dedicar a otras acciones.

Los autores recomiendan, como políticas públicas, huertos comunitarios y otro tipo de trabajo donde la gente pobre pueda participar en su mejora, en vez de recibir pasivamente y deprimirse.

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Salvar los medios de comunicación // Cómo financiar el periodismo

Por Pere Rusiñol

Periodismo: Una propuesta para blindar la independencia de los medios.

Periodismo: Una propuesta para blindar la independencia de los medios.

Salvar los medios de comunicación
Julia Cagé
Anagrama,  2016
137 páginas
Precio: 14,90 €

La crisis ha dejado a los medios de comunicación en los huesos y esta pésima noticia trasciende a los periodistas en la medida en que los Estados liberales necesitan una prensa vibrante que controle al poder para ser dignos de este nombre. Los periodistas llevan años enzarzados en el pulso papel-digital, cuando lo relevante es cómo tener medios rentables que impulsen el periodismo independiente, sea en el formato que sea. El libro de Julia Cagé resitúa el debate hacia este aspecto crucial, ahora que es evidente que la utopía digital garantiza la creación de medios pero no su solvencia  económica (al margen de los anunciantes del Ibex)  y que la filantropía difícilmente puede ser una buena alternativa: ¿el Cuarto Poder a merced de la buena voluntad de un rico? Cagé sugiere una fórmula interesante —la “sociedad de comunicación sin ánimo de lucro”—, que debería servir al menos para abrir el debate en serio. 

 

 

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Rutas sin mapa // Transición y peligro ‘ecofascista’ a la vista

Por Ariadna Trillas

Poscapitalismo: Con un horizonte temporal límite para la acción colectiva, el Premio Catarata de Ensayo pide abrazar la imperativa transición socioecológica. Un camino con riesgos, como el ecofascismo.

Poscapitalismo: Con un horizonte temporal límite para la acción colectiva, el Premio Catarata de Ensayo pide abrazar la imperativa transición socioecológica. Un camino con riesgos, como el ecofascismo

He aquí la descripción de nuestro actual delirio consumista, en pleno colapso capitalista, en palabras de Emilio Santiago Muíño en Rutas sin mapa: “Una sociedad que considera un derecho adquirido comer langostinos en Navidad o irse un fin de semana a Londres a ver un concierto, una sociedad que protesta porque se reduce en 10 km por hora el límite de velocidad en autopista es una sociedad muy poco preparada humanamente para la escasez que nos viene encima”.

El autor propone un salto al ecosocialismo libertario que logre encontrar “una aventura excitante” en una vida marcada por la austeridad en el consumo de energía y materiales. El libro admite la dificultad de entusiasmar con propuestas de corte decrecionista, pero desde lo que autodenomina “pragmatismo utópico” celebra la búsqueda de nuevas formas de riqueza  (cooperativismo, autogestión de la comunidad, bancos de tiempo, monedas sociales) y una aspiración a  la abundancia en tiempo, en  relaciones sociales y en vidas con sentido.

Rutas sin mapa
Emilio Santiago Muíño
Catarata, 2016
143 páginas 
Precio: 15 €

 

El peligro  del ecofascismo al que alude  este joven antropólogo en su libro se dibuja en más de un sentido. De entrada, enganchadas como están nuestras vidas al sobreconsumo y la energía sucia y barata, no hay que descartar que hagamos cualquier cosa para no renunciar a ellas y que acabemos en islas superprotegidas donde el despilfarro siga siendo posible a costa de la favelización del resto del mundo. Otra derivada posible sería una pelea brutal entre Estados competidores cuyas élites diesen un golpe para controlar los últimos recursos del planeta y cuya economía se encontrara forzosamente intervenida. 

Emilio Santiago Muíño  alerta del expandido analfabetismo ecológico existente, y no salva precisamente a los partidos, tampoco a los de izquierdas, de no efectuar grandes esfuerzos por hacer más evidente ante la opinión pública la gravedad del problema ni advertir sobre la necesidad de avanzar hacia un nuevo patrón civilizatorio basado en una economía altamente socializada regida por principios cooperativos.

Una advertencia que atraviesa el libro es la trampa en la que debería evitar caer el poscapitalismo del siglo XXI: la de la megamáquina (por citar la idea de Mumford, que a lude a sociedades sin capacidad de ser dueñas de sus actos, sin resquicios de libertad)  sin posible autocrítica en la que incurrió el socialismo en el siglo XX. Rutas sin mapa, un libro breve de contenido enorme, traza, en efecto, numerosas rutas, no tanto para salvar el planeta como para salvarnos a nosotros mismos y a las criaturas vivas que nos acompañan.

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Postcapitalismo. Hacia un nuevo futuro // Poscapitalismo: ¿Una utopía1?

Por Ricard Ruiz De Querol

Paul Mason, articulista frecuente en The Guardian, ha escrito un libro fascinante y necesario. Pero a la vez, fallido.

Paul Mason, articulista frecuente en The Guardian, ha escrito un libro fascinante y necesario. Pero a la vez, fallido.

La tesis central del libro, con la que muchos lectores estarán de acuerdo, es que el capitalismo ya ha dado de sí lo mejor que puede dar. Es, pues, el momento de buscarle un sustituto. Para Mason, este no sería el comunismo, como Karl Marx había pronosticado, sino lo que el autor bautiza como “poscapitalismo”.

Mason describe de forma atractiva y comprensible el porqué de su diagnóstico (los límites del capitalismo) y los qués de un futuro alternativo (el poscapitalismo). Pero fracasa al esbozar una propuesta de actuación; el libro se queda corto, y mucho, en cómo hacer realidad el futuro que dibuja.

Postcapitalismo. Hacia un nuevo futuro
Paul Mason
Paidós, 2016
432 páginas. Precio: 23,50 €

El autor señala correctamente que la expansión del uso de las tecnologías de la información y de sus prestaciones pone en cuestión muchos de los mecanismos de mercado de una economía menos informacionalizada. Menciona ejemplos bien conocidos. Abundan plataformas que, gracias a la aportación de millones de usuarios, permiten acceder de forma gratuita a todo tipo de contenidos que antes tenían un precio. Otros mecanismos de colaboración permiten producir y ofrecer también de forma gratuita productos (como Wikipedia o el software libre) con cualidades comparables o mejores que los tradicionales. Proliferan, además, plataformas de consumo colaborativo mediante las cuales los individuos intercambian el acceso a todo tipo de bienes, desde apartamentos hasta vehículos, no siempre por un precio.

El uso extensivo de las tecnologías afecta también a la organización del trabajo. Hay una evidencia clara de que la doctrina y las prácticas de la economía neoliberal han propiciado que los réditos de los aumentos de productividad asociados a mejoras en los mecanismos de producción han revertido más en beneficios para el capital que para los trabajadores. 

A pesar de ello, y a diferencia de lo acontecido en otras etapas de discontinuidad tecnológica, la erosión de las condiciones laborales no ha encontrado una resistencia comparable por parte de las organizaciones de los trabajadores. La afiliación y la influencia de los sindicatos disminuye en los países avanzados, en una tendencia que hoy por hoy parece imparable. Más bien al contrario, el sistema propone, cuando no impone, el arquetipo del emprendedor, al que responsabiliza de generar un trabajo que el propio sistema no ofrece, al tiempo que ensalza el ideal de un trabajo autónomo, con clientes en lugar de jefes, que permitiría a cada cual organizar a su gusto su tiempo y su actividad. Más aún en una época en que muchos los medios de producción informacionales (desde los ordenadores hasta los robots, pasando por las impresoras 3D) están cada vez más al alcance de cualquiera con la preparación suficiente para utilizarlos.

En sus (pocos) 250 años de historia, el capitalismo ha sobrevivido a base de crear nuevos mercados, nuevas necesidades y puestos de trabajo lo suficientemente bien pagados para generar una demanda acorde. Este esquema parece haberse agotado. Los mercados financieros procesan cada día miles de millones de euros que prefieren invertir en productos financieros más que en modos de producción. La automatización reduce a la vez tanto los costes de muchos productos y servicios como la mano (o el cerebro) de obra necesaria para producirlos. Las plataformas colaborativas incentivan el crecimiento de producción y consumo al margen de los mecanismos convencionales de mercado. Resulta plausible que, como argumenta el autor, sea necesario un poscapitalismo que sustituya a un capitalismo neoliberal que no se puede ya adaptar al cambio tecnológico.

UN AUTOR OPTIMISTA: En las redes sociales se ve que el nuevo individuo educado y conectado creado por el 'infocapitalismo' demuestra más la indignación contra algo que la pericia para construir un nuevo orden social

Pero a partir de ahí el autor se encalla. Apunta a que el infocapitalismo ha creado un nuevo potencial agente de cambio: el individuo educado y conectado, que no se resignará a la oferta de estancamiento económico y al aumento de la desigualdad que el sistema parece limitado a ofrecer. Un individuo que buscará, pues, alternativas a través de la colaboración entre iguales, al margen de las jerarquías y los mecanismos de mercado convencionales. 

Me temo, sin embargo, que el autor peca ahí de optimismo. Es legítimo que proponga una utopía, porque las ciudades y mansiones con las que sueña la gente son aquellas que finalmente habita (Lewis Mumford). Pero, como se observa en las redes sociales, este individuo educado y conectado que habría de ser el arquitecto y constructor del futuro se comporta también con un individualismo (y/o narcisismo) desmesurado. Y a menudo, cuando se organiza en un movimiento en red, demuestra más la indignación contra algo, que se agota en sí misma, que la pericia necesaria para construir los mimbres un nuevo orden social. 

Hay por ello quien argumenta que el libro de Mason muestra, más que los límites del capitalismo, los de las políticas de la nueva y vieja izquierda. Es cruel, pero no del todo falso.

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¿Es posible un mundo sin bancos? La revolución de las finanzas éticas y solidarias // Otra banca ya existe

Por Siscu Baiges

Una guía alternativa al mundo de la banca.

Una guía alternativa al mundo de la banca.

El economista valenciano Joan Ramon Sanchis se plantea en su último libro si es posible un mundo sin bancos. Su respuesta quizá decepcione a quienes aspiran a un mundo radicalmente distinto porque concluye que no, que los bancos son necesarios para que funcione nuestra sociedad. Eso sí, tienen que ser distintos. Ya lo da a entender en el subtítulo: ‘La revolución de las finanzas éticas’.

¿Es posible un mundo sin bancos? La revolución de las finanzas éticas y solidarias
J. R. Sanchis Palacio
El Viejo Topo, 2016
215 páginas. 17 €.

Este doctor en Economía de Empresa recorre en el libro un sistema financiero que requiere un cambio urgente. “En ellos nos va la vida”, llega a decir. Contradice a quienes defienden que los bancos tienen que ser grandes para ser solventes y a quienes consideran que la gestión pública es más ineficiente que la privada. Lamenta que se haya desarticulado la banca de proximidad y el entramado de cajas de ahorro con la excusa de la crisis económica, mientras que otros países, como Alemania, siguen apostando por ese tipo de entidades financieras.

El director del instituto sobre economía social IUDESCOOP no da por perdida la batalla por un nuevo modo de relacionar ciudadanos y dinero. Y confía en el empoderamiento de la sociedad civil y en las finanzas éticas y cooperativas para hacer hincar la rodilla a los que imponen los criterios neoliberales en la marcha económica y social.

En los últimos años todo parece jugar a favor de la gran banca, con la mayoría de políticos entregados, pero Sanchis es optimista: “La revolución silenciosa de las finanzas éticas, sociales y solidarias ha comenzado”.

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“D’un temps...” // Una lucha inacabada

Por Andreu Missé
 

Crónica de la resistencia antifascista en España.

“D’un temps...”
Pasqual Moreno Torregrosa
L’Eixam Edicions,
2014
192 páginas. 
Precio: 15 €.

Crónica de la resistencia antifascista en España.

La historia de los últimos años de la dictadura tiene todavía muchos capítulos por escribir. Pasqual Moreno Torregrosa, doctor ingeniero agrónomo, reivindica la lucha de los jóvenes antifranquistas que entregaron sus mejores años para construir una sociedad más justa, más igualitaria y más democrática.

Moreno habla con conocimiento de causa por su mili-tancia en Nova Germania, el  Partido Comunista de España  (marxista-leninista) y del FRAP, en el País Valencià. Pero su relato se extiende a todos los jóvenes que se rebelaron, con independencia del partido. El autor describe la prolongación de su combate en el exilio, sus vivencias con los viejos republicanos y lamenta que muchos de sus ideales se abandonaron en la Transición y cree que hay que seguir defendiéndolos.

 

 

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España 2030: gobernar el futuro // Hoja de ruta hacia el crecimiento

Por Juan Pedro Velázquez-Gaztelu

Dejar atrás la austeridad para construir el futuro.

Dejar atrás la austeridad para construir el futuro.

Economistas Frente a la Crisis es una de las plataformas surgidas en los últimos años para explorar vías de salida a la austeridad imperante en Europa. Uno de sus miembros más activos, José Moisés Martín Carretero, esboza en este trabajo cuáles deben ser los pilares de una estrategia de crecimiento a 15 años vista para avanzar hacia una España más próspera, democrática, sostenible e igualitaria. 

España 2030: gobernar el futuro
José Moisés Martín Carretero
Deusto, 2016
283 páginas. 
Precio: 17,95 €.

En opinión del autor, el sector público debe desempeñar un papel central en la dirección de los asuntos económicos, pero la gestión del cambio debe implicar también al sector privado, necesitado de una mayor capacidad de arriesgar y de una visión más puesta en el largo plazo que en el beneficio del próximo trimestre. Europa, afirma Martín Carretero, necesita un plan de inversiones que dinamicen la economía generando demanda y crecimiento, a corto plazo, y fortaleciendo las condiciones para mejorar la productividad y la oferta agregada a largo plazo. Se necesitará mucho dinero, reconoce el autor, para aumentar el gasto en I + D educación, infraestructuras y reformas de la Administración.

La necesidad de un consenso está presente en varias fases del libro. “Estamos demasiado acostumbrados a confrontar, pero se trata de trascender, de superar desencuentros y construir amplias mayorías para avanzar”, escribe Martín Carretero, quien concluye con un llamamiento a quienes, como él, crecieron en los primeros años de la democracia. A la Generación X, afirma el autor, “le toca ser generosa con el futuro, dejar de repetir que ellos sí vieron la bola de cristal y ponerse manos a la obra”.

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La construcción europea al servicio de los mercados financieros // Europa, secuestrada

Por Juan Pedro Velázquez-Gaztelu

Antes el capital que las personas.

Antes el capital que las personas.

La construcción europea al servicio de los mercados financieros
Fátima Martín Gómez de Carvallo y Jerôme Duval
Icaria, 2016
94 páginas /Precio: 9€

El proyecto europeo, afirman los autores, está viciado desde su inicio y ha sido secuestrado por las multinacionales y el mundo financiero, que han aprovechado la crisis para consolidar sus privilegios en detrimento de la salud democrática de la Unión. Esta es una durísima crónica de todo el proceso de integración continental, desde la creación de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA), en 1951, hasta las actuales negociaciones secretas del tratado de libre comercio con Estados Unidos, pasando por los tratados de Maastricht y Lisboa, la creación del Banco Central Europeo y los rescates a los países del sur a cargo de la Troika.

El libro comienza ofreciendo un dato elocuente: de los 650 lobbistas que había en Bruselas a mediados de los años ochenta se ha pasado a 30.000. Según los autores, no hace falta presionar demasiado a los miembros de la Comisión Europea, puesto que éstos ya pertenecen a la misma red de intereses que las grandes corporaciones. 

 

 

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La muerte de la clase liberal // ¿Liberalismo totalitario?

Por Pere Rusiñol

Un ex redactor del ‘New York Times’ trata de sacudir la conciencia de los ‘progres’.

Un ex redactor del ‘New York Times’ trata de sacudir la conciencia de los ‘progres’.

La muerte de la clase liberal
Chris Hedges
Capitán Swing, 2015
304 páginas
Precio: 20 €

Sobre el papel, liberalismo y totalitarismo no pueden ser palabras más opuestas: la una excluye a la otra. Pero en España sabemos bien el uso deforme que puede llegar a darse al concepto de liberal: algunos de los que más alardean de liberales, sobre todo en la derecha, lo son realmente muy poco o nada: promueven empresarios modelo que viven de la subvención, de concesiones públicas  monopolísticas o de monopolios privados amparados en legislaciones antiliberales; construyen redes clientelares; nombran para los organismos públicos de control y para la judicatura a amiguetes con el carné del partido y convierten a los medios de comunicación públicos en altavoces de propaganda.

El triste resultado es que nuestros liberales tienen a menudo poco que ver con el liberalismo teórico. Este libro de Chris Hedges, ex periodista de The New York Times y premio Pulitzer, va un paso más allá: sus liberales tampoco tienen demasiado que ver con las prácticas liberales y esto es bastante más preocupante porque los suyos son los estadounidenses. Poca broma, pues.

Los liberales, en EE UU, son lo que en Europa llamaríamos progres: los que están convencidos de poder mejorar sustancialmente el mundo desde dentro del sistema liberal. Desde el Gobierno, desde los sindicatos mayoritarios, desde los medios de comunicación de referencia... Hedges lo precisa con una cita de Norman Finkelstein: “Significa creer en el Estado de derecho, creer en las instituciones internacionales, creer en los derechos humanos”. 

Pues bien: en opinión de Hedges, todo esto se ha convertido en una ensoñación porque las élites del capitalismo global han ido estrechando los márgenes para la crítica y la disidencia y han convertido el liberalismo en una palabra vacía al servicio de la plutocracia. En esta situación, los progres o liberales en sentido anglosajón —desde Barack Obama hasta José Luis Rodríguez Zapatero— no serían ya la esperanza para un mundo mejor, sino el principal obstáculo.

El mundo que describe el autor se asemeja al totalitarismo orwelliano con apariencia de libertad y no es casual que se abra con una cita del escitor: “Cualquiera que cuestione la ortodoxia imperante se encontrará silenciado con sorprendente eficacia”. Todo el libro trata de explicar por qué, desde el conocimiento desde dentro que supone haber sido reportero estrella de The New York Times y haber quedado muy marcado por la guerra de Irak.

No hace falta compartir sus conclusiones, desoladoras y a veces una reminiscencia de las viejas diatribas izquierdistas contra los “renegados” socialdemócratas, para valorar el libro: merece ser debatido a fondo.