Francia coloniza Argelia para no pagar su deuda

Conminado a cumplir sus compromisos financieros por el dey de Argel, el rey francés Carlos X emprende una expedición punitiva que dará comienzo a 132 años de ocupación

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Septiembre 2023 / 116
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La toma de Constantinopla

A finales del siglo XVIII, los revolucionarios franceses tienen necesidad de trigo para alimentar a la población y a un ejército en guerra. La demanda es grande y los precios suben, lo que suscita la codicia. Por ejemplo, la del jefe político de la Regencia de Argel, como se llamaba entonces a ese territorio, provincia del Imperio Otomano pero totalmente autónoma. El dey de Argel aprovecha la situación para aumentar el tributo que exige para autorizar las exportaciones y para lanzarse él mismo al comercio con Francia, que compra la mayor parte del trigo argelino. 

Pero he aquí que Francia no tiene dinero y compra a crédito. Entonces entran en juego los intermediarios, una casa de comercio importante, la de las familias Bacri y Busnach, a las que el dey recurre sin imaginarse que esos simples intercambios comerciales van a provocar la colonización de su país.

Desde finales del siglo XVII, muchos  judíos de Livorno cruzan el mar para instalarse en Argelia. Nephtali Busnach llega en 1723 y Michel Bacri, en 1770. Las dos familias se unen para crear la importante casa de comercio Bacri y Busnach. Controlan una flota de 170 barcos que surcan el Mediterráneo y llegan hasta Nueva York. Trigo, cebada, lana, alcoholes… transportan todo tipo de bienes o alquilan sus barcos. Tienen el riñón bien cubierto y dan créditos a sus compradores. En 1794, Bacri y Busnach obtienen la autorización del dey Hassan para llevar a cabo el comercio de trigo con Francia. Jacob, uno de los hijos de la familia Bacri se instala en Francia. Con los años, sus depósitos en Marsella aumentan, es muy conocido en París, y es con él con quien se hacen los negocios. No contento con trabajar a crédito, anima al dey a que preste a Francia un millón de francos  para ayudar a regularizar la compra de trigo. Y ya tenemos el triángulo: los sucesivos gobiernos franceses, los deys de Argel, cuyo poder es contestado y pocos de los cuales mueren en la cama, y Jacob Bacri, representante de los intereses de la familia. 

Estamos en 1798. Hace ya varios años que el trigo se entregó y Francia no paga su deuda. Se trata de un acto voluntario motivado por consideraciones políticas. Así lo explica Charles-François Delacroix, en aquel entonces ministro francés de Relaciones Exteriores: “Retirando así la suma que debemos a esos judíos, les impediremos que se desentiendan completamente de nuestros intereses y les obligaremos a una mayor prudencia a la hora de adquirir compromisos con los ingleses”. Los comerciantes se han visto atrapados en la red del conflicto entre Francia e Inglaterra.

Talleyrand está en la misma longitud de onda. Pero Jacob Bacri conoce al personaje. Un generoso soborno y el inquebrantable ministro cambia de chaqueta: “El estado de nuestras relaciones con la Regencia de Argel exige que mostremos a los judíos la mejor voluntad posible”. Son autorizados por el consulado a presentar la cuenta de lo que les deben, que estiman en cerca de  8 millones de francos. Les hacen un primer pago de 3,7 millones. Quizá un segundo de 1,2 millones. Y eso es todo. Al mismo tiempo, el dey hace notar que la Regencia ha prestado también un millón a Francia y que le gustaría que le fuera devuelto. Bonaparte se niega en redondo y amenaza con invadir el país.          

Tras el fin del imperio, los monárquicos están más inclinados al diálogo. Jacob Bacri presenta esta vez una factura de ¡24 millones de francos! Tras negociar, la rebaja a 7 millones. El Gobierno autoriza la devolución en 1819, y la Asamblea la aprueba en 1820. Sin embargo, Francia no paga de inmediato.
El dey se pone furioso cuando se da cuenta de que el acuerdo no incluye la devolución de lo que a él se le debe. En 1826 no ceja de presionar para recuperar su dinero. Pero las relaciones entre Francia y la Regencia son tensas. Los franceses quieren recuperar el control de antiguas concesiones y las fortifican. El dey las destruye. Al mismo tiempo, los piratas argelinos vuelven a atacar a los barcos franceses, unos ataques mucho menores que los anteriores, pero que molestan a París.

Incidente diplomático

En abril de 1827, Hussein Dey celebra el fin del Ramadán con todo el cuerpo diplomático. Hace un aparte con Pierre Deval, el cónsul francés, y le pide su dinero. Deval le mira por encima del hombro y Dey le abofetea con su abanico. ¡Incidente diplomático! Carlos X, cuyo poder está debilitado, piensa que una conquista le vendría muy bien. Tres años después, el 7 de febrero de 1830, firma una orden de movilización y el 25 de mayo, 103 barcos de guerra parten de Toulon con 37.000 hombres y 4.000 caballos a bordo. El 5 de julio, la Regencia capitula. Francia se convierte en  fuerza de ocupación y, posteriormente de colonización, de Argelia hasta 1962.

Cuando el país es conquistado, hace ya mucho tiempo que Nephtali Busnach ha muerto. Demasiado cercano a un poder contestado, había sido asesinado en 1805. De los hijos de Bacri, uno es decapitado, otro se exilia. Pero Jacob, el que ha llevado las negociaciones con Francia sigue allí. Pasa a ser el director de la empresa. Como no es rencoroso, servirá a los franceses a partir de 1830. Pero la gloria de la casa Bacri y Busnach ha pasado. Una deuda y un sopapo con un abanico acabaron en parte con ella.