Londres: gentrificación olímpica

El macroevento revitalizó el este de la capital para la población con alto poder adquisitivo y agravó la crisis de vivienda para las clases populares

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Julio 2024 / 126
Atletas

Ilustración
Lola Fernández

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El lugar es simplemente fantástico". En el cartel del promotor, la cita atribuida a un futuro residente se extiende en grandes letras blancas frente a una foto de un campo verde, con margaritas y juncos. Detrás, la danza de las grúas y el crujido de las sierras, que trabajan para construir un complejo de 210 viviendas, apenas perturban la calma del Parque Olímpico Queen Elizabeth de Londres en una tarde de invierno.

Muy cerca de la obra fluye el río Lea, a orillas del cual Dave pasea a su perro. El hombre, de 60 años, se mudó en 2014 al otro lado del río, en la antigua villa de los atletas de Londres 2012, que tras los Juegos se convirtió en vivienda y pasó a llamarse East Village.

"Aquí viven muchas familias jóvenes, tenemos escuelas cerca, la estación de Stratford es una de las mejor comunicadas del país, el aeropuerto de la ciudad está a 20 minutos", explica. Y añade: "Antes, esta era una zona horrible, la revitalización ha funcionado; creo que es un buen ejemplo para otras ciudades anfitrionas".

Desde la candidatura misma, la capital británica puso el acento en el legado de los Juegos Olímpicos de 2012. De ahí la elección de establecer la base a pocos kilómetros del centro, al este de la ciudad, al límite de cuatro distritos que habían sido antiguos bastiones industriales y que se encontraban entre las zonas más depauperadas del país.

Tras los Juegos, el recinto se transformó en un parque de más de 200 hectáreas, y las instalaciones han encontrado nuevos usos: el estadio olímpico se ha convertido en la sede del club de fútbol West Ham United y el antiguo edificio de medios de comunicación alberga un campus de innovación, donde se mezclan multinacionales, start-ups y universidades.

“Parque temático sin tema”

A primera vista, la apuesta dio sus frutos. "Londres ha sido realmente una fuente de inspiración para nosotros", dijo en 2018 a The New York Times Marie Barsacq, directora de impacto y legado del comité organizador de París 2024, que espera ahora replicar "el mismo impacto a nivel local", particularmente en Seine-Saint-Denis. El modelo, según constaba en el proyecto de candidatura londinense, consistía en dejar como legado del macroevento "un modelo de inclusión social" que sirva para aportar "mejoras considerables" a la población local, especialmente en materia de vivienda.

Cuando se le pregunta a Dave cuánto cuesta vivir en el East Village hoy en día, hace una mueca: "Es caro", admite. Para un apartamento de dos habitaciones, el alquiler es de 2.500 libras (casi 3.000 euros).

En el momento de la candidatura, en 2004-2005, el alcalde laborista, Ken Livingstone, prometió que el 50% de las viviendas construidas serían asequibles. Y 12 años después de los Juegos, el balance es otro: solo el 27% de las 13.000 nuevas viviendas entran en esta categoría, según un informe de mayo de 2023.

El cambio político en la ciudad ya socavó los objetivos antes de arrancar: "Cuando se hizo la promesa, se refería solo al este, y luego Boris Johnson [conservador] se convirtió en alcalde y redujo la proporción de viviendas asequibles al 30%", explica Penny Bernstock, investigadora del University College London (UCL) 2.

Johnson lanzó entonces la creación de un distrito cultural, al que llamó Olympicopolis, un proyecto que el escritor británico Iain Sinclair describió irónicamente como "un parque temático sin tema". Más tarde se rebautizó más sobriamente como East Bank y su apertura está, finalmente, prevista para 2025. Incluirá un museo de arte contemporáneo, una escuela de moda y los estudios de música de la BBC. Esto creará nuevos puestos de trabajo, "pero para el mercado laboral internacional, no para los locales”, apunta Bernstock.

Campeón del alza de precios

La Corporación de Desarrollo del Legado de Londres (LLDC, por su sigla en inglés) es tanto la administradora del suelo como la responsable de lograr los objetivos del legado olímpico. La empresa intervino en el mercado buscando “un aumento continuo de los precios de los inmuebles", con el fin de "maximizar los beneficios a través de la venta de terrenos", escriben Penny Bernstock y Paul Watt, hoy en la London School of Economics 1.

La reducción de la proporción de viviendas asequibles se presenta "como el precio inevitable a pagar", continúan los dos investigadores. Pero, mientras tanto, en Newham, el barrio del East Village, los alquileres han aumentado el 55% y los precios de las propiedades, el 87% entre 2011 y 2020 según un informe del municipio, mientras que los salarios solo el 37%.

En realidad, Newham se ha situado en cabeza de la clasificación de distritos donde más ha aumentado el precio medio de la vivienda en la última década. Para poder mudarse a ciertas casas etiquetadas como "asequibles" en el cercano distrito de Chobham Manor, había que ganar al menos 69.000 libras al año (81.000 euros), mientras que el salario medio anual era de 29.000 libras (34.000 euros).

Algunos cálculos limitan al 13% la vivienda asequible real surgida del parque olímpico. "Los Juegos Olímpicos han ayudado a hacer que el este de Londres sea atractivo para la especulación inmobiliaria, los promotores y los propietarios, pero las familias de la zona no se han beneficiado de ello”, sostiene Paul Watt. “El legado se reduce a la construcción de viviendas, pero no se ha planteado la cuestión de las necesidades: se requieren viviendas más baratas y más grandes, no estudios a 2.000 libras al mes.”, concluye.

Mientras que la población de Newham está compuesta principalmente por clases trabajadoras con orígenes en todo el mundo, el East Village es el hogar sobre todo para familias de ejecutivos blancos. Un estudio realizado en 2018 por Paul Watt y Piero Corcillo2 describe el barrio legado por los Juegos como una “burbuja de gentrificación”.

Estigmatización

Según los datos recopilados por el Centre for Labour and Social Studies, Newham y sus alrededores acaparan los distritos de gentrificación más intensa entre 2010 y 2016.

Más que construir viviendas sociales, los proyectos de revitalización urbana han consistido, desde la década de 1990, en reunir a diferentes perfiles: propietarios e inquilinos de viviendas privadas y sociales. El objetivo era alcanzar “un efecto de vecindad”, como explica Paul Watt: “Dado que los habitantes de las viviendas sociales suelen estar más desempleados o viven en peores condiciones, concentrarlos crearía un efecto cluster que aumentaría las dificultades; por el contrario, al atraer a las clases medias o altas, los pobres se beneficiarían de vivir junto a ellos”.

Sin embargo, el estudio sobre el East Village muestra que los residentes de viviendas sociales son estigmatizados por sus vecinos. "La creación de diversidad social no ocurre por sí sola, requiere mucho trabajo de desarrollo comunitario", recalca el investigador. Según Paul Watt y Piero Corcillo, los términos "vivienda asequible" y "mezcla social" son solo "fachadas ideológicas sobre una realidad que involucra profundas desigualdades y segregación socioespacial".

"Hay dos mundos", resume Bernstock: "Una isla de recién llegados en viviendas hermosas y, al otro lado de la carretera, personas que viven en las peores condiciones". Y más elocuente todavía: el número de pisos de estadía temporal y bed and breakfast se ha disparado. En los cuatro condados, había menos de 7.000 en el momento de los Juegos, y en 2018 ya superaban los 12.000.

"La situación de la vivienda es peor hoy que antes de los Juegos", concluye Bernstock. Estos barrios tienen actualmente la proporción más alta de personas sin hogar en toda Inglaterra: 1 de cada 206 habitantes. Al final, los Juegos Olímpicos contribuyeron principalmente a un desplazamiento de la población.

Burbuja de gentrificación

"Si realmente se quiere descubrir el lado oculto del legado de vivienda de los Juegos, hay que ir a ciudades periféricas como Welwyn y Basildon, donde las personas sin recursos del este de Londres están siendo expulsadas a través de procesos subliminales de limpieza social", escriben Bernstock y Watt.

Y es que 12 años después de los Juegos, todavía se está a la espera de que se materialicen algunos de los proyectos prometidos, con calendarios de trabajo que se han extendido hasta 2036 y que incluyen la construcción de 20.000 viviendas adicionales.

El actual alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, ha elevado la proporción de viviendas asequibles al 35% y ha decidido transferir los poderes de planificación de la LLDC a los ayuntamientos de los cuatro distritos del parque. El traspaso tendrá lugar el próximo diciembre: ¿será suficiente para devolver un poco del legado olímpico a quienes estaba inicialmente destinado?