Kamalanomics: así piensa gobernar Harris

Kamala Harris esboza un programa económico con controles de precios, ayudas a la vivienda y subida de impuestos a rentas altas y grandes empresas

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Septiembre 2024 / 127
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Kamala Harris

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Wake Tech

Desde el final de la pandemia y el estallido de la guerra en Ucrania, la subida generalizada de los precios ha hecho mella en el bolsillo de las familias estadounidenses, que han visto cómo se disparaban sus gastos en alimentación, ropa y combustible, mientras los altos tipos de interés limaban su capacidad de endeudarse para comprar una vivienda o un automóvil y financiar la educación de sus hijos. Esta situación que hace de la economía un factor determinante en las elecciones presidenciales del 5 de diciembre.

Kamala Harris ha conseguido darle la vuelta a las encuestas, pero su ventaja es estrecha y la mayoría de los electores dicen confiar más en Donald Trump a la hora de pilotar la economía. Para seducir a los votantes, la candidata demócrata ha esbozado un plan dirigido a aliviar las estrecheces de las clases medias y contener la inflación, que ha sido la nota dominante en los cuatro años de mandato de Joe Biden. En su discurso ante la convención demócrata de Chicago, Harris anunció su intención de crear “una economía de las oportunidades en la que todo el mundo tenga la ocasión de competir y prosperar”.

Aunque a finales de agosto aún no había presentado su programa económico completo, los primeros indicios apuntan a que, en caso de triunfo electoral, Harris seguirá la estela de Biden, cuya política económica se ha caracterizado por las inversiones masivas de dinero público en infraestructuras, energía verde, zonas industriales en declive y empresas tecnológicas. Entre otros, la abogada californiana se ha fijado como objetivos reducir la pobreza infantil, frenar la subida de los precios de los alimentos, construir millones de viviendas asequibles, recortar impuestos a las clases medias y rebajar el coste de los medicamentos. En palabras del premio Nobel Paul Krugman, “una agenda sólida de centroizquierda”.

Estas son algunas de las propuestas de la candidata:

Impuestos 

En su discurso ante la convención de su partido, Harris prometió “una bajada de impuestos a la clase media que beneficiará a más de 100 millones de estadounidenses”, aunque sin dar detalles al respecto. Asegura que no subirá los impuestos a los contribuyentes que ganen menos de 400.000 dólares anuales y que, en cambio, obligará a pagar más a los que rebasen ese nivel. La recaudación fiscal aumentaría aún más con otra de sus promesas fiscales: subir del 21% al 28% el impuesto de sociedades. Harris ha copiado una idea de Trump: eliminar la carga impositiva a las propinas, importante fuente de ingresos de cuatro millones de trabajadores, principalmente del sector de la hostelería y el ocio.

Los expertos del independiente Comité Federal de Responsabilidad Fiscal calculan que las medidas anunciadas por Harris engordarían un déficit público que ronda el 7% del PIB. La aspirante demócrata sostiene que el coste de sus planes se compensará con la subida de impuestos a los más ricos y a las grandes corporaciones.

Control de los precios 

Harris quiere contener la inflación allí donde más se ha notado en estos últimos años: los supermercados. Para ello, tiene intención de imponer límites de precios a las grandes cadenas de distribución, una medida con buena acogida entre los consumidores de cuya eficacia dudan algunos economistas. También promete endurecer las sanciones a las empresas que incumplan las normas de libre competencia y limitar las operaciones de fusión y adquisición en el sector de la distribución para evitar que se concentre en menos manos.

Harris encontrará un entorno mejor que el de Biden en materia de precios. La inflación, que ha subido el 20% desde enero de 2021, lleva meses dando señales de enfriamiento y en julio pasado avanzó a un ritmo anual del 2,9%, el más lento en más de tres años. En un contexto de moderación de los precios, ralentización de la actividad económica y menor creación de empleo, todo indica que la Reserva Federal bajará los  tipos de interés —para alivio de empresas y familias— en su reunión de los próximos 17 y 18 de septiembre. Es una buena noticia, sin duda, para la candidata demócrata.

Reducción de la pobreza 

Una de las medidas de mayor calado en la agenda económica de Harris —y con mayor coste para las arcas públicas— es reinstaurar y ampliar los incentivos fiscales por hijo aprobados por la Administración de Biden en 2021, que expiraron al año siguiente por falta de mayoría demócrata en el Congreso. La cantidad aumentará desde los 2.000 dólares por hijo y año hasta un máximo de 3.600, que podría llegar hasta los 6.000 dólares en el primer año de vida del niño. Es la principal herramienta de Harris para reducir la pobreza infantil, que la Oficina del Censo de EE UU sitúa en el 16,3%. Según el Comité Federal de Responsabilidad Fiscal, este plan costaría 1,2 billones de dólares en los próximos 10 años.

Vivienda 

Las familias con rentas bajas tendrán derecho a una ayuda a fondo perdido de 25.000 dólares para pagar la entrada de su primera vivienda. La campaña de la aspirante demócrata calcula que hasta cuatro millones de hogares podrían beneficiarse de este plan durante los próximos cuatro años.

Para paliar la escasez de oferta, Harris quiere impulsar la construcción de tres millones de viviendas durante los próximos cuatro años, incentivando fiscalmente a los promotores que construyan casas destinadas a las familias que compren por primera vez y viviendas de alquiler a precios asequibles. Otra propuesta para bajar el precio de los alquileres es poner límites a la compra de casas de forma masiva por parte de las grandes inmobiliarias y fondos de inversión.

Clima 

En 2019, durante su primer intento de llegar a la Casa  Blanca, Harris se mostró partidaria de prohibir el fracking, un método de extracción de hidrocarburos extremadamente dañino para el medio ambiente, aunque últimamente ha eludido ratificar esa posición. Como vicepresidenta, contribuyó a la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación, pilar de la política económica de Biden, que inyectó miles de millones de dólares en el desarrollo de las energías renovables y la producción de vehículos eléctricos. En su discurso en la convención, solo hizo una breve mención al clima al referirse a “la libertad para respirar aire limpio, beber agua pura y vivir libres de la contaminación de alimenta la crisis climática”.

Sanidad 

Harris tiene intención de expandir el plan para recortar el precio de los medicamentos puesto en marcha por Biden. En concreto, quiere mantener el límite de 35 dólares mensuales para los tratamientos con insulina que paga cada enfermo de diabetes y fijar un techo de 2.000 dólares anuales en el gasto en medicinas por cada estadounidense. También pretende aumentar la capacidad de negociación de Medicare (sistema púbico de asistencia sanitaria) con las grandes farmacéuticas para hacer más asequibles los tratamientos farmacológicos más caros. Igual que con la industria de la alimentación, Harris se ha propuesto combatir las prácticas oligopolistas de las farmacéuticas.

En resumen, son unas propuestas atractivas para millones de estadounidenses en la recta final de una campaña electoral extremadamente competida. Algunas corren un serio riesgo de caer en saco roto o de ver reducido su alcance, pues deberán contar con el visto bueno de la Cámara de Representantes y del Senado, donde iniciativas similares han fracasado en el pasado y donde los demócratas no tienen, ni mucho menos, asegurada una mayoría para los próximos cuatro años.

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