ArcelorMittal: acero verde en el Norte, acero sucio en el Sur

Mientras desarrolla proyectos de acero bajo en carbono en sus fábricas europeas, el gigante siderúrgico construye altos hornos de carbón en India

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Mayo 2023 / 113
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Fundición de acero

Va a ser necesario que los accionistas de ArcelorMittal, entre los que se encuentra el gigante francés Amundi, filial del grupo Crédit Agricole — al que 100 millones de clientes confían su dinero—, pidan una rendición de cuentas. El número dos mundial de la siderurgia les prometió que sería de cero carbono en 2050. ¿Pero no se trataría de una patraña? Por un lado, la empresa con sede en Luxemburgo invierte para reducir las emisiones de CO2 ligadas a la fabricación de acero, que afecta fundamentalmente a sus fábricas europeas. Por otro, desarrolla enormes capacidades de producción en India —segundo fabricante mundial de acero, que vive un momento de rápida expansión económica— sin dar allí la espalda al carbón. Así lo documenta un estudio publicado por el Institute for Energy Economics and Financial Analysis (IEEFA), un referente en cuanto a los análisis de riesgos en los mercados energéticos frente a los retos de la descarbonización. 

India se ha convertido en un mercado extraordinariamente atractivo para los gigantes de la siderurgia. ArcelorMittal prevé duplicar su capacidad de producción de acero a lo largo de la década (de 144 millones de toneladas en 2022 a 300 millones en 2031) y pretende beneficiarse de ello. AM/NS India, la empresa conjunta formada con la japonesa Nippon Steel, está construyendo dos nuevos altos hornos en Hazira, Estado de Gujarat, que elevarán la capacidad anual de producción de 9 a 15 millones de toneladas.
La vieja tecnología de los altos hornos es muy contaminante: el uso del coque, un combustible derivado del carbón, para reducir (desoxidar) y, simultáneamente, fundir el mineral de hierro, genera unas dos toneladas de CO2 por tonelada de acero producida. AM/NS tiene, además, en proyecto otra instalación en Hazira (cinco millones de toneladas anuales) y dos en Odisha (6 y 24 millones de toneladas anuales). Aún no ha precisado si estos tres últimos complejos serán también altos hornos o acerías descarbonizadas combinando reducción directa y hornos de arco eléctrico, como las que desarrolla en Europa (Gijón, Hamburgo, Dunkerke y Gante), así como en  Hamilton (Canadá), pero cuyas capacidades de producción son muy inferiores a los proyectos de India.
 

Tecnologías dudosas

Hay dos maneras posibles de descarbonizar la producción de acero, en función de que el hierro se produzca o no en un alto horno. Descarbonizar la producción de un alto horno implica, o bien equiparlo de un sistema de captura y almacenamiento de CO2 al final del proceso o utilizar antes un combustible  de origen renovable capaz de desoxidar y fundir el mineral. En otras palabras, madera u otros productos vegetales.

Pero como subraya el estudio del IEEFA, ninguna de esas dos opciones es plenamente satisfactoria. La biomasa plantea problemas de competencia entre usos industriales y alimentarios del suelo, así como de preservación de la biodiversidad. Por su parte, la tecnología de captura y almacenamiento del CO2 no ha demostrado su viabilidad a escala industrial, en especial en el ámbito siderúrgico. Y son esas opciones tan dudosas las que ArcelorMittal dice que va a poner en marcha en Hazira. El estudio del IEEFA hace notar que la empresa siderúrgica Tata Steel había pensado en la captura y almacenamiento para su fábrica holandesa de Ijmuiden, pero renunció en 2021 y optó por la vía, mucho más prometedora, de la reducción directa.

La reducción directa del mineral combinada con el horno de arco eléctrico es la alternativa al alto horno. La desoxidación se lleva a cabo a alta temperatura con gas (monóxido de carbono o hidrógeno), lo que evita la utilización del carbón en la operación. El hierro reducido se funde después en un horno de arco eléctrico. Estos tipos de procedimiento existen a nivel industrial desde 1970 pero, debido a sus costes más elevados, representan hoy un porcentaje minoritario de la producción mundial del acero.

Sin embargo, esta vía, muy beneficiosa desde el punto de vista de la contaminación del aire, permite únicamente disminuir las emisiones de CO2, no suprimirlas. Para eliminarlas totalmente es necesario, por una parte, que la electricidad utilizada por los hornos de arco sea descarbonizada (renovable o nuclear) y que, por otra parte, el gas empleado para reducir el mineral no sea de origen fósil. De ahí el interés en utilizar el hidrógeno para llevar a cabo la reducción del mineral de hierro, con la condición, evidentemente, de que se produzca a partir de fuentes energéticas no fósiles. Las acerías de arco eléctrico que desarrolla ArcelorMittal en Europa —como otros industriales— están pensadas para funcionar con hidrógeno para la reducción.

La consecución de los objetivos climáticos implicaría no solo la desaparición de los altos hornos de aquí a 2050 (salvo que estén equipados con un sistema de captura y almacenamiento), sino también que las nuevas acerías que entren en servicio los próximos años estén descarbonizadas. Los dos altos hornos que construye actualmente ArcelorMittal en India entrarán en funcionamiento en 2025 y 2026  sin estar equipados con unos dispositivos de captura y almacenamiento, que siguen en estado de proyecto impreciso.
 

Riesgo de activos obsoletos

Esta política de dos pesos, dos medidas —acero verde en Europa, acero gris en India— disminuye la credibilidad de la estrategia de descarbonización de ArcelorMittal y cuestiona la sinceridad de sus compromisos climáticos, concluye el estudio, que —más allá del reto de la reducción de emisiones— también subraya las dudas sobre la competitividad a largo plazo del acero sucio, incluso en India. Varios factores podrían, en efecto, transformar esas inversiones en activos obsoletos: la disminución de los costes de las tecnologías alternativas con el telón de fondo del aumento de precio de los fósiles, el nivel de las exportaciones futuras de un gran productor de coque como Australia y la evolución de las normativas medioambientales por presión de la opinión pública. 

Se trata de un aviso para los accionistas de ArcelorMittal, especialmente para los inversores institucionales comprometidos con el clima. 

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Contaminación India
La contaminación es la tercera causa de muerte en India. Foto: Getty