Y tú, ¿qué vas a hacer por el planeta?

El 20% de españoles siente ansiedad ligada al cambio climático. ¿Y si no se puede 
ya hacer nada? Se puede.

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Septiembre 2024 / 127
Portada Calor

El ser humano es, fuera bromas, una especie de superhéroe. Con tiempo y afán, ha logrado conseguir mayores impactos sobre el entorno que los derivados de la fuerza de volcanes, los meteoritos y las glaciaciones. Lástima que, ya sea por inconsciencia, necesidad o capricho, su fuerza e inercia, mal orientadas, hayan terminado provocando la desaparición de centenares de especies y el aumento en un 50% de las emisiones de CO2 en apenas tres siglos; lástima también que haya inventado otros gases como el hexafluoruro de azufre (su potencial de calentamiento es 23.500 veces mayor que el del CO2) o que haya multiplicado por 23 el ritmo de extracción de materiales para infraestructuras y construcción desde el año 1900.

Son algunos datos extraídos de Calor, un libro en el que Miguel Ángel Criado, cofundador de la web de noticias de ciencia, salud y medio ambiente Materia, ahora sección de El País, ha volcado toda una trayectoria de curiosidad, indagación, estudio y trabajo para explicarnos cómo está cambiando ya este país el cambio climático. Y cómo lo continuará cambiando, si no lo evitamos.

El repaso es prolijo: de la caída de los rendimientos de los olivares por la disminución de las precipitaciones a las muertes relacionadas con las olas de calor (especialmente mortífera la de 2003), pasando por la actividad de los mosquitos y por los graves incendios que prenden en lo peor de estas olas, cada vez más largas, intensas y tempranas. El ensayo, accesible, no solo ofrece datos de estudios científicos. También  aporta apuntes históricos (como la influencia del clima en los grandes acontecimientos), referencias a sectores económicos como el turismo y algunas anécdotas personales que amenizan y sirven de introducción y contrapunto a lo anterior.

Desplazamiento al norte

Una idea atraviesa Calor: todo se mueve hacia el norte ante el incremento de las temperaturas. Las mariposas de Sierra Nevada y los anfibios del Sistema Central; la culebra bastarda, para desgracia de la lagartija de Valverde. Centenares de especies se desplazan en la misma dirección, en una especie de reorganización geográfica de seres vivos que pone en contacto entre sí a animales que antes no lo estaban, circunstancia que plantea más vías de expansión de virus. También las hayas y el piorno serrano migran a zonas elevadas. Hasta el agua, que solía bajar de las montañas, debe cambiar de dirección, y ahora se sube en camiones cisterna a la sierra de Gádor, porque el ganado que pasta en la cima no tiene qué beber. Y qué decir de los humanos viajeros: también empiezan a moverse hacia el norte; con suerte, hacia la desestacionalización.

Ojalá caigan Calor y su llamamiento a la responsabilidlad de cada cual a "no mirar hacia arriba" (por la película Don't look up) en manos de negacionistas mal informados.