El debate sobre el empleo y su calidad

Nuevos indicadores acreditan el aumento de la ocupación tras la reforma laboral

Comparte
Image

La evolución de las cifras del empleo y paro es uno de los aspectos más sensibles de la política y la economía en España. Hay que tener presente que los españoles no olvidan fácilmente que el desempleo llegó a afectar a 6,2 millones de trabajadores, una tasa del 26,94% de la población activa, durante el primer trimestre de 2013, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística, (INE). Además de esta insoportable tasa de paro, el mercado laboral español padecía el grave problema de una elevada proporción de trabajadores con contrato temporal que afectaba a más de una cuarta parte de los ocupados.

Con el propósito de reducir esta elevada temporalidad, el Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos aprobaron una importante reforma laboral en diciembre de 2021. La nueva legislación, que contaba con el consenso de la patronal y los sindicatos, salió adelante a pesar del rechazo del Partido Popular. La reforma intentó resolver la crónica inestabilidad laboral mediante la eliminación del contrato temporal por obra y servicio y la canalización de determinados empleos hacia el contrato fijo discontinuo.

Dos años después, los resultados de la reforma laboral, impulsada por Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, han sido indiscutiblemente favorables para el empleo, según todos los indicadores. De acuerdo con la EPA, los ocupados en el primer trimestre de 2024 superaban los 21,2 millones de trabajadores, un millón más que los registrados durante el mismo periodo de 2022.  Y quizá más significativo, la temporalidad se había reducido casi a la mitad, hasta el 15,7%.

Otra información laboral significativa la facilita el Ministerio de Trabajo que proporciona mensualmente el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Según esta fuente, en abril se registraron más de 21 millones, un millón más que hace dos años. Pero mucho más relevante es que ahora hay 3,4 millones más de trabajadores con contrato indefinido que en 2021.

La Comisión Europea ha ratificado este buen comportamiento del mercado laboral español en su informe In-Depth Review 2024 y más recientemente en sus Previsiones de Primavera publicadas el 15 de mayo. La Comisión señala que “el desempeño positivo del mercado laboral en 2023 continuó en 2024. La creación de empleo aumentó considerablemente en los dos primeros trimestres del año, antes de moderarse ligeramente en el segundo semestre. En términos anuales, el empleo creció un 3,2%, respaldado por la persistencia de fuertes flujos migratorios. La tasa de desempleo cayó al 12,1% el año pasado y se prevé que siga disminuyendo aún más, aunque se mantendrá en un nivel elevado, alcanzando el 11,6% en 2024 y el 11,1% en 2025”.

Dudas sobre los fijos discontinuos

Sin embargo, la modalidad que más ha crecido es la de trabajadores fijos discontinuos. Este aspecto ha despertado ciertas dudas por la calidad de este tipo de empleos. El contrato de trabajadores fijos discontinuos ya estaba legalmente regulado desde 1976 pero ahora se ha ampliado significativamente su utilización. Hay que tener en cuenta la estructura de la economía española con un elevado peso de actividades estacionales en sectores como el turismo y la agricultura. Empleos típicos de estos contratos son por ejemplo los socorristas de playas y piscinas, los monitores de esquí y todas ocupaciones de servicios relacionadas con el turismo y la agricultura.

Los fijos discontinuos tiene un empleo estacional recurrente. Trabajan y están de alta en la Seguridad Social en los periodos en que los necesita el empresario. Cuando no están de alta, pueden trabajar en otro lugar o cobrar el subsidio de paro. Mientras se encuentra en inactividad, el fijo discontinuo puede ser llamado por el empresario para realizar el trabajo estacional. Si no es llamado tiene derecho a una indemnización por despido.

El profesor Eduardo Rojo, catedrático de Derecho del Trabajo jubilado, muy activo en el análisis del mundo laboral, recuerda que tras la reforma el contrato de fijos discontinuos puede concertarse “para la realización de trabajos de naturaleza estacional o vinculados a actividades productivas de temporada o para el desarrollo de aquellos que no tengan dicha naturaleza, pero que siendo de prestación intermitente, tengan periodos de ejecución ciertos, determinados o indeterminados”.

La complejidad del mercado laboral español por estas circunstancias ha sido objeto de un amplio estudio por Fedea, un think tank, dedicado al análisis de la economía española. El trabajo, elaborado por el investigador Florentino Felgueroso, señala el fuerte aumento de los trabajadores fijos discontinuos que pasaron de 530.000 personas a 15 de enero de 2022 a 1,42 millones a finales de diciembre del mismo año, repartidas casi por igual entre los que estaban en actividad y los que se encontraban inactivos. Felgueroso concluye que “el uso masivo” de estos contratos “generó rápidamente un stock considerable de trabajadores fijos discontinuos, en el que los trabajadores en inactividad no empleados ya representaban el 41% al cabo de nueve meses de aplicación de la reforma”. El investigador apunta que esta situación ha sido compatible con “proporciones significativas de rupturas de las relaciones laborales” de estos trabajadores por “abandono voluntario pero también por despido”.

Felgueroso considera que el aumento de jóvenes en el stock de trabajadores fijos discontinuos, con una alta tasa de inactividad y abandono voluntario del empleo “requiere más información y seguimiento para responder a la pregunta sobre si estos contratos pueden facilitar y mejorar su incorporación al mercado de trabajo o son simplemente trabajos temporales con contrato indefinido para evitar pagar mayores cuotas a la Seguridad Social con contratos temporales de corta duración, o para superar el nuevo límite máximo impuesto a los contratos temporales”.

Jesús Cruz Villalón, catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla, constata que una de las novedades de la reforma laboral ha sido el “fuerte crecimiento” de los contratos fijos discontinuos. Precisa que el número de afiliados activos efectivos en la Seguridad Social ha pasado de los 375.000 fijos discontinuos en mayo de 2021 a superar el millón en mayo de 2023. En definitiva, “su número se ha multiplicado por 2,5. Eso sí, con la advertencia de que no llegan a superar el 4,6% del total de contratados laborales, una presencia, por tanto, bastante modesta”.

La polémica sobre los fijos discontinuos ha surgido por quienes piensan que con el incremento de este tipo de contratos se ha inflado el número el número de ocupados ya que existen periodos más o menos amplios en los que, fuera del tiempo de actividad, estos trabajadores no se encuentran trabajando efectivamente y se oculta la existencia de un número superior de parados al que reflejan las estadísticas. Cruz Villalón rechaza estas críticas al señalar que tanto los datos de la EPA como los de afiliados en alta a la Seguridad Social “recogen exclusivamente la cifra de los que se encuentran efectivamente en activo, contabilizándose los inactivos aparte. Al mismo tiempo, en las cifras de parados de la EPA se contabilizan aquellos fijos discontinuos que se encuentran inactivos en el momento de realizar la entrevista”. 

En todo caso, Cruz Villalón ha precisado que las mayores dudas sobre este tipo de contratos se suscitan por el exponencial crecimiento de los mismos en las ETT (Empresas de Trabajo Temporal), ya que “los fijos discontinuos vía ETT suponen en estos momentos el 38% de todos los contratos de trabajo celebrados por las ETT y representan el 50% del total de los fijos discontinuos contabilizados estadísticamente”. En su opinión habrá que estar al tanto del desarrollo que se produzca en la negociación colectiva “para poder confirmar o descartar que también entre estos trabajadores se está logrando dosis superiores de estabilidad en el empleo”.

"Falsa polémica"

Pare el Ministerio de Trabajo de trata de “una falsa polémica cargada de intencionalidad política”. El pasado marzo, la vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz señaló que con los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2023, el número de fijos discontinuos inactivos creados en aquel periodo era de 55.300. El secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, manifestó que los datos de la vicepresidenta, refuerzan “el éxito” de la evolución del empleo en el país desde que se aprobara la reforma laboral aunque ha reconocido que este dato se debió dar “hace mucho”.

Por su parte, el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, manifestó recientemente que la cifra de contratos de fijos discontinuos firmados en el mes de marzo eran 158.271 y que su peso en el total de afiliados se había reducido del 5,52% al 5,46% en los últimos 12 meses.

La secretaria de Política Institucional de UGT, Cristina Estévez ha señalado que la figura del fijo discontinuo “no tenía un encuadre claro”, “que era una figura transitoria y no de finalidad” y que en todo caso “no podemos permitir que sea una vía de precarización”.

El indiscutible crecimiento de la ocupación en correspondencia con el sostenido incremento de la economía no debería impedir facilitar toda la información relevante sobre este particular modelo de contratación para poder valorar su verdadero impacto en el empleo. La información es el mejor antídoto contra las polémicas y despejar las dudas.