Feminismo… también en el trabajo

Colectivos, asociaciones y cooperativas toman desde hace años medidas para que en las organizaciones no haya discriminaciones de ningún tipo, y menos, machistas

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Julio 2024 / 126
Feminismo

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A veces parece que no eres tú. No existes como una sola persona. Existes como hija, como hermano, como (buena o mala) estudiante, como novio de… y al salir al mundo laboral: pues lo mismo. Igual te parece que vas a ser un hombre de negocios si consigues uno de esos curros de traje y corbata; igual una loser si al principio solo encuentras trabajo de camarera. Temes perder tu identidad.

Pero existe un trabajo en el que se intenta que todxs podamos SER, con todas sus letras: el mundo de las economías solidarias y el cooperativismo nació para intentar poner la vida y las personas en el centro. ¿Y eso qué significa? Bastantes cosas: como que no te impongan un horario porque sí; que te comprendan y te den alternativas si estás en una situación de salud mental o de cuidados de otras personas, o que no te menosprecien por ser mujer, trans o de género no binario (¡ni que te paguen menos, claro está!).

Son muchos los colectivos, asociaciones y cooperativas (entre ellas las de trabajo, sí, “empresas” con todas las letras, que pagan nóminas dignas y se dedican a producir o dar servicios que la sociedad necesita) que desde hace años trabajan varias medidas para que en el trabajo no haya discriminaciones de ningún tipo y menos, machistas. Son medidas como asambleas emocionales (en las que poder expresar cómo nos sentimos y hacer de las organizaciones lugares más humanos); medidas de conciliación familiar (¿sabéis que hay cooperativas que dan más días de vacaciones o más salario a aquellas personas migrantes para que puedan viajar a sus lugares de origen?); o planes de igualdad, que buscan la igualdad de trato y oportunidades, eliminando cualquier posible discriminación por razón de sexo en el ámbito de la empresa.

Se estima que el 40% de las cooperativas ya tienen su plan de igualdad (Mondragon, 2022), mientras que solo el 28% de las empresas españolas obligadas a tenerlo por ley lo tienen (On Economia, 2023). Vamos, que las cooperativas están más por la labor.

Hacerse cargo de la vida

En el caso de los planes de igualdad en las cooperativas, la mayoría, además, intentan ir un paso más allá y trabajan la interseccionalidad, es decir, entender y responder a cómo el género se cruza con otros ejes de desigualdad (racismo, LGTBI-fobia, capacitismo o edadismo, o sea, discriminación por ser muy viejo o muy joven).

 

Marta Molas es cooperativista en La Clara Comunicació y miembro del Grupo de Trabajo de Comunicación de la Xarxa d'Economia Solidaria (XES).