Un nuevo neocolonialismo energético

La primera ministra, Giorgia Meloni, quiere desarrollar los hidrocarburos en África para abastecer el país y frenar la inmigración

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Junio 2024 / 125
Italia

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Desde febrero de 2022, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pretende hacer de Italia “un centro de aprovisionamiento de energía natural de toda Europa”. Es la ambición principal de su llamado Plan Mattei, que recibe el nombre del fundador del gigante nacional de hidrocarburos ENI. Se trata de un amplio programa económico con África, presentado a finales de enero y dotado de 5.500 millones de euros. El plan incluye diversos acuerdos en materia de educación y de salud, pero, sobre todo, lo dominan los acuerdos relacionados con la energía.

Para reemplazar el gas ruso, que representaba el 40% de las importaciones italianas de gas antes de la guerra en Ucrania, Giorgia Meloni pretende desarrollar los aprovisionamientos, especialmente de gas, procedentes de África, en primer lugar en beneficio de la península, y después, del resto de Europa.

Más gas que energías renovables

El plan ha sido denunciado por las formaciones de oposición debido a la débil implicación del Parlamento italiano en su concepción, además de que se ha perpetrado sin concertación con la Unión Europea. Resulta también inquietante para las organizaciones defensoras del medio ambiente, que alertan sobre su focalización en las energías fósiles —en particular, en el gas—, en detrimento de la búsqueda de ganancias en eficacia energética y del desarrollo de energías renovables.

Desde la invasión rusa de Ucrania, Roma ha ya firmado acuerdos gasistas con países como Egipto, Angola y Congo y, además, ha aumentado sus importaciones procedentes de Argelia y sus inversiones en Libia y en Costa de Marfil.

“El objetivo del Plan Mattei es ayudar a los países africanos que deseen producir bastante energía para responder a sus propias necesidades y exportar luego los excedentes hacia Europa”, según lo elogia la propia Meloni. La dirigente del partido de extrema derecha Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia) añade al plan una dimensión política: quiere disminuir la llegada de refugiados ilegales (158.000 en 2023, mayoritariamente llegados de África) gracias a la cooperación económica.

No obstante, el vínculo entre desarrollo económico y el freno de la emigración desde África a corto plazo parece frágil. Para Dean Bhekumuzi Bhebhe, responsable de la campaña Don’t Gas Africa, desarrollada por la sociedad civil africana, “este plan no tiene en cuenta los factores críticos” que llevan a la gente a marcharse, “especialmente las dificultades económicas y el cambio climático”. Recuerda: “según el Banco Mundial, de ahora a 2050, más de 200 millones de personas en el mundo se desplazarán por factores ligados al clima, la mitad de los cuales en África”.

“El nacionalismo energético, reforzado en Italia por Meloni, cotiza al alza en toda Europa, y ello probablemente tendrá consecuencias en las elecciones europeas”, resume Francesco Sassi, investigador en geopolítica en energía. Además, la voluntad de hacer de Italia un hub gasista “retrasa y desanima la descarbonización del sistema energético y productivo nacional y pone en peligro los objetivos climáticos del país”, añade un estudio del think tank Ecco y la Fundación Friedrich Ebert publicado en septiembre pasado.