Algunas ventajas de trabajar menos horas

La reducción de jornada, que vuelve a la agenda, no puede desligarse del tipo de mercado laboral

Comparte
Pertenece a la revista
Septiembre 2024 / 127
Dossier

Ilustración
Lola Fernández

La reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales sin recorte proporcional de salario ha regresado a la agenda política y económica de septiembre con promesas de aplicación flexible, entre advertencias de movilizaciones sindicales si la CEOE y CEPYME no mueven ficha y con un tono conciliador del Gobierno para con la actitud más “constructiva” de las patronales tras los duros choques dialécticos previos. En España, 12 millones de personas aún trabajan más de 37,5 horas por semana.

Más allá del rifirrafe político, en la academia existe un rico debate jalonado por investigaciones sobre el impacto de recortar las horas de trabajo —a menudo, incluso a 32 horas semanales— manteniendo la retribución. Después de revisar un puñado de ellas, un artículo de Harvard Business Review1 señala la evidencia de que, allí donde se han aplicado recortes de jornada, los resultados empresariales “no solo se mantienen, sino que son potencialmente ventajosos por lo que respecta al bienestar y a la retención de talento”. A ello se le suman evidencias de mejora en el bienestar de las personas y en la conciliación entre la vida personal y profesional, sobre todo cuando se aplican procesos de aprendizaje para reorganizar el trabajo y las reuniones; en ocasiones, se subcontratan, automatizan o eliminan tareas, o se bloquean temporalmente los móviles.

No todo son horas

El artículo concluye algo sabido: no existe una relación automática entre cantidad de horas y productividad. En economías fuertes como la alemana se trabaja una media de 1.343 horas por año y en otras menos productivas como la griega, 1.897, según la OCDE, con datos de 2023 que sitúan a España en 1.632 horas. La media de este club de países desarrollados es de 1.742.

Imagen
Recuperación horas

Uno de los trabajos ya veteranos que suele citarse sobre la relación entre horas y resultados es el publicado por John Pencavel en 2014 para el Laboral Economics Institute2, pues demostró que la productividad se concentra en las primeras cinco horas. A partir de la sexta, hay más probabilidad de errores y accidentes por fatiga.

En el Reino Unido, el 89% de las 61 empresas que en 2022 aplicaron una semana de cuatro días han confirmado dos años después seguir abiertas a esta política, y el 51% de ellas la han convertido en permanente, según la plataforma 4 Day Week Global3. El 100% de presidentes y consejeros delegados de las compañías pioneras consideran que la experiencia ha sido "positiva o muy positiva", por las mejoras para reclutar personal, la menor rotación y la disminución de las bajas por enfermedad. El 46% mejoró sus resultados.

Repartir por la IA

La reducción del tiempo de trabajo ha operado en paralelo al avance de la tecnología desde la segunda mitad del siglo XIX, hasta el frenazo que se observa a partir de la década de 1980, cuando se expandió el neoliberalismo. Según el FMI, la cantidad de horas de trabajo promedio en las economías desarrolladas ha menguado de promedio del 0,5% cada año en los países miembros de la OCDE entre 1870 y 20004 (en Alemania, cayó a la mitad). La institución augura que la tendencia continuará a un ritmo variable en cada país según evolucionen los salarios y la productividad. Un sector de economistas ligan la reducción de jornada con la sacudida del empleo que augura la inteligencia artificial (IA)5.

Tiempo parcial

Sin embargo, la tecnología no explica todo el debate. Para el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo Albino Prada, la clave de lo que sucede en España reside en el trabajo a tiempo parcial. La jornada laboral dejó de reducirse hace 40 años para quienes trabajan a tiempo completo, pero en paralelo los contratos a tiempo parcial aumentan. Dos de tres millones de empleados a tiempo parcial son mujeres. La mayoría dice no encontrar a tiempo completo o no poder asumirlo por responsabilidades en materia de cuidados.

“La jornada media real a tiempo parcial supera ampliamente las 20 horas semanales, según el INE. Resultado: las trabajadoras reciben un salario inferior a la mitad de quienes lo hacen a tiempo completo… pero trabajando una jornada media muy poco inferior a la que ya podrían disfrutar dos los trabajadores a tiempo completo”, subraya este economista y ensayista. Si se redujera la semana laboral, quien trabajara a tiempo parcial obtendría un salario más justo.

Para Prada, hay que avanzar hacia un horizonte de seis horas diarias o 30 semanales de trabajo. “Así, los hombres liberarían tiempo para compartir equitativamente tareas domésticas, mientras que las mujeres reducirían tiempo de trabajo, pagado o no, para otros usos”.

“El mayor determinante de la duración de la jornada laboral es la parcialidad”, corrobora un artículo de Pilar Cuadrado para el Banco de España, titulado Un análisis de la evolución de las horas trabajadas por ocupado en España: desarrollos tendenciales y evolución reciente. El artículo, de 2023, analiza lo ocurrido entre 1987 y el año previo a la pandemia, 2019, con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Su trabajo apunta a una caída anual por ocupado de entre 200 y 300 horas, más deln 14% en estos 32 años, en que se pasó de 37 a 31,8 horas semanales. El mayor peso de los servicios explica casi la tercera parte de la disminución de horas por trabajador. Pero otro 40% tiene que ver con el empuje del empleo a tiempo parcial, que en 1987 era del 5,2% y en 2019 se había elevado al 14,6%.

Imagen
Horas trabajadas

El debate de la reducción de jornada no puede desligarse así de la polarización laboral en curso, que tan bien puso de manifiesto la pandemia: hay personas con trabajos de calidad y bien pagados que pueden permitirse trabajar menos horas o desde casa  y ello coexiste con el auge de formas precarias de trabajo. De hecho,el Gobierno estima que el 14% de los trabajadores del sector privado y la mayoría de los del público ya trabajan 37,5 horas. Las patronales  reclaman flexibilidad en función del sector y la tipología de empresa.

Pospandemia

Gobierno y sindicatos creen que se han producido avances en productividad que permiten esta mejora en la calidad de vida. Además, el nivel efectivo de horas trabajadas se ha recuperado con creces desde la caída de la pandemia. Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, las trabajadas en el último trimestre de 2023 están ya el 9,1% por encima de las del mismo trimestre en 2019. Las estadísticas del ministerio, calculadas a partir de las cotizaciones sociales abonadas por las empresas, se explican porque ha subido la cifra de cotizantes del Régimen General de la Seguridad Social en este periodo (8,4%). Pero también se ha producido un incremento del 0,7% de las horas efectivas por cotizante.

En plena discusión sobre reducción de jornada, la última EPA de julio arroja que, a la semana, se realizan 6,9 millones de horas extraordinarias, equivalentes a 173.383 empleos a jornada completa. Y el 43% de ellas no se pagan. Lo que remite a un estudio de Cárdenas y Villanueva que en 2021 abogaba por la reducción de la jornada laboral generalizada porque llevaba a crear más empleo.