Queridos camaradas: no existís

Una historia real sobre una inesperada huelga obrera en la URSS de Nikita Jruschov que fue brutalmente aplastada.

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Septiembre 2021 / 94
Queridos camaradas

 

En la Unión Soviética no podía haber huelgas de obreros, puesto que estos vivían en el paraíso de los obreros. Este tipo de razonamientos, que ahora pueden parecernos grotescos, no solo eran corrientes en el país de los soviets, sino que podían acarrear consecuencias tan trágicas como las que se reflejan en Queridos camaradas, una magnífica película dirigida por el respetado y veterano cineasta ruso Andrei Kochalovsky, de 85 años, premio del Jurado en el festival de Venecia de 2020, que revisita con sensibilidad y oficio una huelga obrera convocada en la ciudad industrial de Novocherkask, que fue brutalmente aplastada por el Ejército en 1962, con Nikita Jruschov como jefe supremo del Partido Comunista y de la URSS: como ni siquiera cabía en la cabeza que los obreros pudieran hacer huelga, simplemente se les borró literalmente del mapa. Esos días de agitación no existieron y hasta hubo bailes. Listo.

La película es en blanco y negro para reflejar mejor esos días grises en que, alejada ya la épica de la II Guerra Mundial y los ecos de la victoria frente a los nazis, enterrado ya Stalin, la Unión Soviética afrontaba una rutina cotidiana muy paradójica entre el discurso oficial de gran superpotencia del proletariado y una realidad miserable, gris y sin la más mínima posibilidad de pensar por uno mismo.

Novocherkask conoce la época de primera mano: nacido en 1937 en una familia de pasado aristocrático, empezaba a despuntar por entonces como realizador soviético, primero bendecido por el poder y luego censurado, un tira y afloja que acabó con su marcha a EE UU a principios de la década de 1980. 

Complejidad

La brutalidad y la arbitrariedad del régimen, el miedo a quedar fuera de juego si pensabas por ti mismo o sin sintonía con los dogmas oficiales del momento, la nula posibilidad de crítica, la ineficiencia extrema de la economía y de las instituciones, la distancia sideral entre los derechos proclamados en las leyes y la realidad… Todos los aspectos distintivos de la Unión Soviética casi medio siglo después de la Revolución están muy bien descritos en el filme, con muchos momentos surrealistas y dramáticos que, por supuesto, seguían con Jruschov.

Sin embargo, no se trata solo de una obra de denuncia de un régimen cuyos defectos son de sobras conocidos a estas alturas, sino de historias personales entrelazadas, a pie de calle y nada teóricas, con una mirada que huye del maniqueísmo y refleja bien la complejidad. También la de los militantes comunistas auténticos, que evidentemente existían pese a la abundancia de oportunistas, y que estaban dispuestos a arriesgar su vida no solo por el comunismo, sino también por sus seres queridos, dijera lo que dijera al respecto el dogma, la fe o el partido, valga la redundancia.

 


Queridos camaradas

Rusia, 2020

121 min.
Dirección: Andrei Konchalovsky 

Intérpretes: Yuliya Vysotskaya, Vladislav Komarov, Alexander Maskelyne, Andrei Gusev, Yulia Burova, Sergei Erlish