El valor del trabajo en Smith, Ricardo y Marx

Al preguntarse por el valor de un bien, tres de los economistas más célebres de la historia elaboraron diferentes teorías sobre el valor del trabajo.

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Abril 2022 / 101

¿Qué constituye el valor de un bien? En los siglos XVIII y XIX, tres de los más grandes economistas, Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx, partieron de esta pregunta para desarrollar diferentes teorías del valor del trabajo.

 

El poder de comprar

Cautivado por los temas económicos tras su grand tour  por el continente europeo, durante el que conoce a François Quesnay y a Turgot, el filósofo escocés Adam Smith (1723-1790) se sumerge en el estudio del valor en su emblemática obra Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, publicado en 1776. 

Antes de producirse la división social del trabajo (especialización de los individuos en profesiones bien definidas), los individuos eran autosuficientes: cada uno producía el conjunto de bienes necesarios para su supervivencia: nutrición, vestido, vivienda, etc. En las sociedades modernas se produce la división social del trabajo: cada persona, especializada en un oficio, solo produce una ínfima parte de los bienes que va a consumir. Los individuos dejan de ser autosuficientes y pasan a ser interdependientes. 

El panadero conserva algunos panes para él y su familia e intercambia el excedente no consumido del producto de su trabajo con el excedente no consumido del producto del trabajo de otro. Al vender su pan, puede comprar la carne del carnicero o la cerveza del cervecero, unos bienes que él no produce.

Cada uno tiene, en cierto modo, un poder adquisitivo respecto al trabajo de otro, el derecho a encargar el trabajo de otro. Smith indica: “Riqueza es poder, ha dicho Hobbes, pero el que adquiere una gran fortuna o la recibe por herencia no adquiere por ello necesariamente ningún poder político, ya sea social, militar (…). El tipo de poder que esta posesión le transmite inmediata y directamente es el poder de comprar, es un derecho de encargo sobre el trabajo de otro o sobre el producto de ese trabajo existente en el mercado”.

 

Precio natural y precio de mercado

Durante una estancia en la ciudad balnearia de Bath (Inglaterra) en 1799, el financiero David Ricardo (1772-18239) descubre la economía política y La riqueza de las naciones, de Smith. Se apasiona también por los temas económicos y no tarda en refutar a su predecesor.

Aunque Ricardo está de acuerdo con la idea de Smith de que “el trabajo fue el primer precio, la moneda primitiva con la que todo se pagaba”, no está de acuerdo con su teoría. Para Ricardo, lo que constituye el valor de un bien es la cantidad de trabajo necesario para producir dicho bien. Si se necesitan cinco horas para producir una silla y 10 para producir una mesa, dicha mesa se intercambiará, entonces, por dos sillas. 

Para Ricardo, hay dos tipos de precio: el precio natural, reflejo de las condiciones de producción, y el precio de mercado, reflejo de las condiciones de mercado. El precio de mercado fluctúa respecto al precio natural. Por consiguiente, toda variación coyuntural de la oferta o de la demanda provocará una variación del precio de mercado, y toda variación estructural de las condiciones de producción (progreso técnico frente a dificultad de producción) provocará una variación del precio natural.

 

Tiempo socialmente necesario

Durante su estancia en París, el filósofo Karl Marx (1818-1883) se dedica a leer a los economistas clásicos. También está de acuerdo con la teoría del valor del trabajo según la cual el trabajo es el fundamento del valor de las mercancías. Ello hace que se le conozca como “el último de los clásicos” a pesar de las divergencias abismales que tiene con Smith y Ricardo (por ejemplo, sobre el capitalismo).

La teoría del valor de Marx no está lejos de la teoría del valor  del trabajo incorporado de Ricardo, pero con una diferencia fundamental. Para Ricardo, el valor de un bien depende de las horas necesarias para producir dicho bien en las peores condiciones: el valor del trigo depende del tiempo de trabajo necesario para producir trigo en las tierras menos fértiles… Para Marx, el valor de un bien depende del número de horas de trabajo necesarias para producir, de media, dicho bien en una sociedad. Marx subraya: “El tiempo socialmente necesario para la producción de las mercancías es el que exige todo trabajo, ejecutado con el grado medio de habilidad e intensidad y en las condiciones que, respecto al medio social dado, son normales.”

Por consiguiente, el progreso técnico, al reducir el número de horas de trabajo socialmente necesario para la producción de un bien, provoca necesariamente una disminución del valor: un peligro para los pequeños productores frente a la gran industria. 

 

¿De qué estamos hablando?

Desde la Antigüedad, los filósofos se preguntan sobre el fundamento del valor. Jenofonte observaba que la palabra valor tiene dos sentidos: un valor de uso que se realiza en el consumo del bien y un valor de cambio que se realiza en el intercambio del bien que no se quiere consumir.  Esta distinción será recogida por los clásicos y por Karl Marx. En la Edad Media, un economista olvidado, el franciscano Pierre de Jean Olieu, relaciona el valor de cambio de un bien con varios elementos, especialmente con el trabajo. Problema: se trata de un hereje y sus escritos terminan en la hoguera. Su teoría pervive, sin ser citada, en los trabajos de Bernardino de Siena y de Antonino de Florencia y circula por Europa, tanto entre los escolásticos alemanes como en la Escuela de Salamanca. Las tesis de Olieu son recogidas posteriormente por Samuel von Pufendorf, y las ideas de este son comentadas en Glasgow por el profesor Gershom Carmichael, cuyos sucesores serán Francis Hutcheson y, más tarde, Adam Smith.