Apostar por la sociedad civil: el ejemplo escandinavo

Los "liceos populares" surgidos a principios del siglo XIX tuvieron un papel fundamental en la formación de una ciudadanía responsable y cohesionada.

Comparte
Pertenece a la revista
Diciembre 2022 / 108

Fotografía
Getty images

Con frecuencia se pone como ejemplo el modelo escandinavo, un modelo basado en una fuerte cohesión social y uno de cuyos pilares es la precoz formación social de la población a través de organizaciones de educación popular dirigidas a los jóvenes. La idea nace a comienzos del siglo XIX en aquellas sociedades agrícolas pobres e iletradas que eran entonces Dinamarca, Suecia y Noruega, donde surgen una serie de "liceos populares" (folkehøgscole¸en danés) que van a desempeñar un papel fundamental en la evolución de las sociedades nórdicas, como recuerdan la economista danesa Lene Rachel Andersen y el emprendedor social sueco Tomas Björkman en su libro The Nordic Secret . 
 
Ideas progresistas
En la década de 1830, el pastor, escritor y pedagogo danés Nicolai Frederik Grundtvig (1783-1872) sintetiza un corpus de ideas progresistas basándose en la función emancipadora de la educación. Bajo su influencia los pastores, los granjeros y los enseñantes abren en el campo danés liceos populares independientes del sistema escolar en el que dan tanta importancia a la poesía, la ciencia y la historia del país como a las competencias prácticas. Su innovador proyecto pedagógico, en el que no hay exámenes ni diplomas, se fundamenta en la creatividad, la libertad, la igualdad entre chicos y chicas, la cooperación, la autoorganización y la mejora de la sociedad. 
Entre 1900 y 1940, 110 liceos forman a unos 200.000 jóvenes daneses, la mitad de los cuales son chicas. Esta juventud rural y obrera, que sin esos centros habría entrado a formar parte de los grupos sociales menos educados, adquiere sentido de la responsabilidad hacia la sociedad y competencias democráticas, económicas y políticas. En la década de 1860 se propagan también por Suecia y Noruega. Y forman a centenares de miles de jóvenes poniendo el acento en la autoorganización. A partir de la década de 1880, su impacto es patente en los tres países, con el surgimiento de cooperativas, sindicatos, movimientos feministas, asociaciones deportivas, de bibliotecas rurales y de centros comunales de los que se beneficia una amplia parte de la población. El espíritu de iniciativa adquirido en esos liceos populares produce otros beneficios, entre los que los autores del libro destacan el aumento del PIB per cápita a finales del siglo XIX, así como la rapidez con la que Finlandia (donde los centros surgieron en 1880) pasa de pertenecer a los países pobres a estar entre los ricos antes de 1950.
 
Un proyecto político
Las sociedades nórdicas les deben también haberse dedicado a la innovación, añaden los autores, al haberse dotado de un alto nivel de protección social y figurar hoy a la cabeza de los índices mundiales de felicidad y confianza.
Los liceos populares fueron, sin lugar a dudas, un “proyecto político” de la sociedad civil. El apoyo que recibieron de los poderes públicos también constituyó un acto político en favor de un movimiento de transformación social bottom-up (de abajo a arriba). Fue una apuesta muy diferente de la cultura política de los países del sur de Europa, que desde hace siglos otorga al Estado un papel central de decisión (movimiento top-down), con una relación de mucha menos confianza hacia la sociedad civil. 
Los liceos populares siguen existiendo y siguen reivindicando unas prácticas “democráticas y participativas”, pero su contenido ha evolucionado. "Han perdido su carácter político”, se lamenta Lene Rachel Andersen, “y sus responsables ya no intervienen en el debate público”. La economista danesa considera, sin embargo, que el mundo de hoy, sacudido por el calentamiento global, las tecnologías disruptivas, las desigualdades de riqueza y la extinción de especies, exige “un esfuerzo común para dotar a los ciudadanos de la capacidad de hacerse personalmente responsables de mejorar la sociedad”.