Economía de la oferta de izquierdas

Tras habernos hundido en el liberalismo económico, llegan de EE UU nuevas ideas en favor de una fiscalidad justa y un crecimiento respetuoso con el planeta

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Noviembre 2022 / 107

Fotografía
Reserva Federal

Hace ya varios meses que Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE UU, está pidiendo a la izquierda que haga suya la política de la oferta. Conocemos la de los liberales: flexibilización del mercado laboral, desregulación en todos los niveles, disminución de la fiscalidad a favor de las empresas y de los más ricos. La vieja estrategia de la oferta solo ha logrado aumentar las desigualdades y el calentamiento global. La de Janet Yellen se asienta en tres pilares.

Más  inversión

El primer pilar consiste en aumentar el crecimiento potencial de la economía mediante la inversión en estructuras físicas (carreteras, líneas ferroviarias, etc.). Un aumento del 10% de este tipo de gasto público provoca un crecimiento potencial de un punto del PIB, explica Yellen. También es necesaria la inversión pública en infraestructuras digitales, especialmente en las poco desarrolladas, así como un esfuerzo público en el gasto en investigación y desarrollo. El segundo eje es hacer que la economía sea más resistente a los riesgos, empezando por reducir la dependencia de productos estratégicos fabricados en el extranjero. Hay que organizarse para fabricar localmente los semiconductores, las baterías eléctricas, los productos sanitarios, es decir, menos globalización. Otro riesgo: el calentamiento global. Ya no se trata de crecer como antes.
 
La actividad económica debe ser respetuosa con el planeta y los poderes públicos deben fomentar la inversión en energías renovables. Finalmente, el tercer pilar afecta a la política fiscal, orientada hacia la justicia social.  El 15 de septiembre, Janet Yellen pronunció un discurso en el que celebraba la hacienda pública como “un fundamento de nuestro Estado y de nuestra sociedad”.
 
La política de la oferta progresista se concentra en aquellos aspectos esenciales de los que no se ocupan los mercados: infraestructuras saneadas, una autonomía estratégica, justicia social, medio ambiente. Frente a las medidas de lucro a corto plazo para unos pocos, está orientada hacia la creación de logros productivos para el bien público a largo plazo. Desarrolla una política de incentivación estatal a la inversión privada, pues no está el Estado por un lado y lo privado por otro. La armonía entre los dos ha sido siempre fuente de poder para las economías. Tras habernos hundido en el liberalismo económico, llegan de Estados Unidos nuevas ideas. Soplan vientos de cambio.