Las mil y una vidas de Bill Phillips

Si hay un economista cuya vida podría ser llevada al cine, ese es el neozelandés Alban William Housego Phillips. Llegó a la economía con retraso, pero supo dejar su marca en la disciplina.

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Octubre 2022 / 106
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Bill Phillips

Fotografía
FSE

En 2001 se estrenaba la película de Ron Howard Una mente maravillosa, que narraba la vida del economista y matemático americano John Forbes Nash (1928-2015), la única persona galardonada con el premio Nobel de Economía y su equivalente en Matemáticas, el premio Abel. Russell Crowe interpreta a Nash, especialista en la teoría de juegos y diagnosticado de esquizofrenia. Esta cinta supone un caso excepcional, ya que las películas dedicadas a economistas son muy escasas. Sin embargo, si hay alguien cuya biografía podría ser llevada a la pantalla, ese es Bill Phillips, quien, tras numerosas aventuras, emprendió la carrera de economista al final de su vida e hizo una de las más ilustres contribuciones del siglo XX: la curva de Phillips. 

 
Una inteligencia más práctica que teórica
Alban William Housego Phillips fue un economista neozelandés nacido en 1914 en Te Rehunga, una pequeña aldea próxima a Dannervirke, a 200 kilómetros al norte de Wellington. Su madre era maestra y su padre regentaba una explotación lechera, aunque este era, sobre todo, un manitas que llegó a desarrollar métodos para recoger el agua de lluvia. La familia Phillips producía incluso su propia electricidad en una época en la que el suministro de corriente eléctrica estaba aún lejos de expandirse. Según su biógrafo, Allan Bollard, es de su padre de quien el joven Phillips hereda su inteligencia práctica y el gusto por el bricolaje. 
 
Por aquellos años, junto con sus cinco hermanos y hermanas, el pequeño Bill recorría cada día en bicicleta los 10 kilómetros que separaban la casa familiar de la estación para coger el tren a Dannevirke High School. En un primer momento, instaló un portalibros sobre la bicicleta para poder leer por el camino. Más tarde, con apenas 15 años, reparó un viejo camión que aprovechó para llevar a la escuela a los niños de la comunidad, hasta que tuvieron que intervenir las autoridades.
 

 

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Soldados evacuados en el Empire Star
Soldados evacuados en el Empire Star
Con una mochila y un violín
Cuando no arregla camiones, Phillips se rodea de sus hermanos para fabricar receptores de radio, crear su propia cámara oscura para revelar fotografías o probar, también, con el cine. Termina el instituto a los 15 años, demasiado joven y demasiado pobre para inscribirse en la universidad, y trabaja como aprendiz de ingeniero en la Nueva Zelanda de la Gran Depresión. Invierte sus exiguos beneficios en la creación del primer cine local, y se hace famoso en toda la comunidad. 
 
En 1935, a los 21 años, se embarca hacia Australia con una mochila y un violín. Prueba entonces con una multitud de pequeños trabajos, desde cazador de cocodrilos a director de cine y minero en una mina de oro. Mientras tanto, aprovecha para obtener su diploma de ingeniero por correspondencia. 
 
En 1937 zarpa desde Australia a China a bordo de un barco japonés. Pero no tiene suerte: al día siguiente Japón declara la guerra a su vecino chino y el barco es desviado hacia Tokio. 
 
Aventurero, pero un poco ingenuo, Phillips es detenido bajo la acusación de espionaje por fotografiar a soldados japoneses en una zona prohibida. Una vez liberado, atraviesa Rusia en el Transiberiano y ofrece sus servicios de ingeniero eléctrico en una mina de Siberia que resulta ser una prisión. Tras un largo viaje, llega a Reino Unido en 1938. Cuando estalla la Gran Guerra se enrola en la Royal Air Force y es enviado a Singapur. 
 
Los japoneses toman Singapur y Bill forma parte de los 2.000 evacuados en el navío Empire Star. De alguna forma, se queda solo en la defensa del barco con una metralleta que él mismo fabrica para la ocasión y dispara a los aviones japoneses durante tres horas ¡bajo una lluvia de bombas! 
Finalmente, Phillips es capturado y pasa tres años en un campo de prisioneros en la Isla de Java (Indonesia). Durante este tiempo, nuestro futuro economista aprende chino y fabrica clandestinamente radios y un aparato para hervir el té. Terminada la guerra, es condecorado con la orden del Imperio Británico por sus hazañas y se le menciona en la novela The Night of the New Moon, de Laurens Van der Post.
 
Un economista de prestigio
De vuelta en Inglaterra, Phillips estudia mandarín, ruso y sociología, fascinado por la capacidad de los prisioneros de guerra para organizarse. Poco después se decanta por la economía, disciplina que estudia en la prestigiosa London School of Economics. Durante su tercer año de estudios, escribe un artículo en el que propone elaborar un modelo de la economía británica con un moderno ordenador. 
 
Con ayuda de un profesor de la Universidad de Leeds, en 1949 crea la primera máquina hidráulica que representa el funcionamiento de una economía mediante flujos de agua. Es la llamada  Máquina de Phillips o MONIAC (Monetary National Income Analogue Computer). Todo el ingenio de Phillips y su inteligencia práctica se materializan en esta máquina, en la que el flujo de agua de diferentes colores representa los flujos monetarios entre los grandes actores macroeconómicos. 
 
Rápidamente, Phillips se hace profesor de la London School of Economics, cargo que ocupará entre 1958 y 1967, cuando pasará a enseñar en la Australian National University.
 
Muere en Auckland en 1975. Economista de renombre, legó a la disciplina la muy célebre curva de Phillips, conocida en el mundo entero e "inventada durante un fin de semana lluvioso". Si bien, al igual que John Nash, también poseía una mente maravillosa, su vida todavía no ha sido llevada al cine.
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Curva de Phillips
Curva de Phillips
La célebre curva  de Phillips
En 1958, Phillips observa una relación inversa entre el nivel de salarios y el del paro: una baja tasa de paro va de la mano de salarios más elevados, y viceversa. Rápidamente, dos economistas americanos, Paul Samuelson y Robert Solow, reemplazan el nivel de salarios por el de los precios. Lo que se llama hoy en día curva de Phillips corresponde a una relación inversa entre la tasa de inflación y la de paro. 
La explicación es simple: en los periodos de fuerte crecimiento, hay un nivel de inflación elevado (el dinamismo económico empuja los precios hacia arriba) y un nivel bajo de paro. En los periodos de depresión (baja el producto interior bruto) se observa una deflación (bajada de precios) y un paro masivo. En definitiva, la curva de Phillips representa una relación inversa entre la inflación y el paro, pero también la posibilidad de intervenir estas dos variables. 
 
En efecto, en los periodos de fuerte crecimiento, podemos optar por una política de rigor destinada a romper las tensiones inflacionistas, incluso soportando una mayor tasa de paro. En periodos de crisis, se puede optar por una política de estímulo, que relance el crecimiento y reduzca el paro, a pesar de tener que tolerar un poco más de inflación.
 
Son las famosas políticas de stop and go: la curva de Phillips sirvió de cuadro teórico para un gran número de políticas coyunturales que se pusieron en marcha durante los Treinta Gloriosos [la época dorada del paradigma keynesiano, tras la II Guerra Mundial]. 
 
Llega la estanflación
Lamentablemente, la crisis del petróleo de 1973 desencadenó un nuevo fenómeno: la estanflación. Se trata de la confluencia de un estancamiento económico, una tasa de paro elevada y una alta inflación. El paro y la inflación aumentan al mismo tiempo, al contrario de lo que predecía la curva de Phillips….Los liberales aprovecharon esta brecha para atacar todo el edificio keynesiano.