E-Miles es el nombre del primer artefacto —2,5 metros de largo por 1,5 de ancho— con que se topa quien visite un edificio singular a las afueras de Barcelona construido con 2.000 toneladas de acero y cristal, presidido por una pantalla en forma de globo terráqueo, con aires de fábrica del futuro: es el DFactory, promovido por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB).
Esta institución ha invertido 30 millones de euros en la primera fase del proyecto, que busca potenciar la industria 4.0 y sus tecnologías: inteligencia artificial, Internet de las cosas, realidad aumentada, impresión en 3D, cadenas de bloques (blockchain), ciberseguridad y robótica. De ahí que, en un paseo por los 17.000 metros cuadrados de instalaciones, sea posible toparse con una cabeza parlante de mujer que pregunta sonriente si ha cantado bien un tema de Shakira, o con un robot en forma de perro que desactiva explosivos.
DFactory echó a andar hace un año, aunque la última edición de la Barcelona New Economy Week (BNEW) ha sido su presentación en sociedad. Hoy ya está ocupado al 50%, con compañías variopintas, consolidadas y nuevas, que generan 500 empleos.
"Lo último que queríamos era estar en una incubadora de startups. Nuestra presencia en DFactory tiene que ver con el branding: nos interesa participar en un centro de excelencia, rodearnos de actores punteros en la industria 4.0", señala Jaume Rey, cofundador y director de Nexiona, que acompaña con su software a las empresas para adentrarse en el Internet de las cosas (IoT). Rey aclara: "La industria 4.0 va más llá de la automatización o de conectar máquinas entre sí. Se trata de ayudar a tomar las mejores decisiones basadas en datos, para identificar puntos de eficiencia".
Objetivo: colaborar
Cerca del particular auditorio, Pere Navarro, delegado especial del Estado en el CZFB, saca pecho ante un grupo de visitas de un ecosistema con parada de metro y terraza con vistas al puerto y al aeropuerto de Barcelona. "Si quieren un pisito, ya saben", bromea. O no, porque alquila espacios a 26 euros el metro cuadrado. Según el perfil, dice que hay sitio o que no queda: "Se trata de ayudar a transformar el tejido productivo español, con un espacio donde distintos actores de la industria 4.0 colaboraran. Existen otras experiencias privadas como esta, pero no públicas", remarca.
E-Miles es hijo de la deseada colaboración. "Presenté a Navarro el primer anteproyecto del cuadriciclo y, me sugirió una colaboración con Leitat", explica Mike Hastewell, fundador de Malena Engineering, que está detrás del cuadriciclo y que participa en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PERTE) liderado por VW-Seat para impulsar el vehículo eléctrico.