Transporte // Resucitar líneas ferroviarias abandonadas

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Diciembre 2021 / 97

Una cooperativa francesa busca acelerar la transición hacia un modelo sostenible de movilidad y mejorar las comunicaciones en varios territorios del interior del país.

El sector del transporte es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero. En Francia, es responsable del 31% del conjunto de las emisiones de CO₂. Viajar en tren supone una huella de carbono mucho menor que circular en coche. Pese a ello, la compañía estatal SNCF ha ido abandonado de forma progresiva ciertas líneas de tren por considerar que no son lo bastante rentables o porque requerían demasiadas inversiones de cara al futuro. 

En este contexto y con la perspectiva de la apertura a la competencia del transporte ferroviario francés a partir de 2020, en 2019 se creó la sociedad cooperativa de interés colectivo Railcoop. “Queríamos dar a los ciudadanos la oportunidad de actuar  en favor de la transición ecológica, contribuyendo a reforzar el uso del tren en todo el territorio, lo que responde a una aspiración compartida: dejar de sentir impotencia ante el cambio climático”, subraya Dominique Guerrée, presidente de la sociedad.   

31% de las emisiones de C02 en Francia son provocadas por el sector del transporte

La primera línea de carga comenzó a funcionar en noviembre

Un montón de gente se ha sumado a la iniciativa. Railcoop cuenta con 8.000 socios, repartidos en cinco colegios: el de los asalariados (20 de los 26  empleados son socios de la cooperativa); el de los particulares (que representan el 90% de los socios), el de las personas jurídicas (99 asociaciones y empresas, sobre todo locales, que apoyan el proyecto); el de las comunidades territoriales (26 de ellas, especialmente las situadas en la línea Lyon-Burdeos), y el de los socios técnicos y financieros.

En total, la cooperativa dispone de 2,5 millones de euros, una suma bastante impresionante para una sociedad de este tipo. Desde su creación, Railcoop ha superado trámites largos y exigentes en busca del permiso para operar. El pasado 22 de septiembre obtuvo la licencia de empresa ferroviaria, que la convirtió en la primera empresa de este sector con forma de  cooperativa en toda Francia. 
El 15 noviembre entró en funcionamiento la primera línea de mercancías. La primera línea de pasajeros, entre Lyon y Burdeos, lo hará en junio de 2022. Este trayecto fue interrumpido por la SNCF en 2014, y los desplazamientos entre ambas ciudades se realizan hoy esencialmente o en avión o en coche. 

Railcoop va a recuperar el trayecto Lyon-Burdeos, interrumpido en 2014.

Rentabilizar la actividad

Con su oferta, Railcoop desea asegurar una red capilar de rutas y reconectar pequeñas y medianas ciudades con  otras mayores. Las tarifas se están ultimando, pero deberían aproximarse a las del autobús o la de los coches compartidos.  

La aspiración de Railcoop pasa por transportar a 690.000 viajeros al año en la línea Lyon-Burdeos, lo que permitiría rentabilizarla a pesar de que los márgenes de beneficio no se esperan muy elevados. “Nuestro objetivo no es ganar dinero, sino permitir a la gente emprender juntos para favorecer la transición hacia un mundo de movilidad sostenible y conseguir la apertura de ciertos territorios”, subraya Dominique Guerré. “Para ello, nos haría falta ser económicamente viables y que la cooperativa perdure”.

Rentabilizar la actividad ferroviaria representa un inmenso reto para una cooperativa, pues el sector del tren exige grandes inversiones. Una formación de tren nueva, por ejemplo, cuesta 14 millones de euros. Para reducir estos costes, y para inscribirse en la lógica de la economía circular, Railcoop ha preferido invertir en material de segunda mano. La cooperativa ha comprado a algunas regiones  trenes con una antigüedad de 20 años, aunque concebidos para que duraran 40, con la finalidad de darles una segunda vida.