La difícil vuelta (parcial) al trabajo

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Fotografía
Eloy Ruiz Montañez

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El próximo lunes será en buena parte de España el primer día laborable tras el periodo de permiso obligatorio decretado por el Gobierno, que suspendió toda actividad económica no esencial entre el 30 de marzo y el 9 de abril para frenar los contagios por coronavirus. La vuelta al trabajo en las empresas autorizadas para hacerlo no va a ser fácil debido a la escasez de equipos de protección y a las alteraciones en la cadena de suministro que se han producido desde el estallido de la emergencia sanitaria. El Gobierno repartirá 10 millones de mascarillas entre quienes regresen al trabajo.

Los sectores de mayor peso económico que vuelven a funcionar tras el parón de la Semana Santa son la industria y la construcción, que suman más de 4 millones de trabajadores. Algunas actividades, como la metalurgia, deberán hacerlo de manera gradual, pues serán necesarios varios días para poner de nuevo en marcha la producción. Hay empresas que ya comenzaron a operar el Viernes Santo, pero se espera que la mayoría lo haga entre el lunes, festivo en ocho comunidades autónomas, y el martes.

La reanudación de estas actividades supone una vuelta a las condiciones previas al decreto de “hibernación” económica, lo que significa que quienes puedan trabajar desde casa deberán seguir haciéndolo. Continuarán cerrados los comercios salvo los de alimentación, farmacias, centros veterinarios, venta de productos ortopédicos, ópticas, quioscos de prensa, gasolineras, estancos, tiendas de telecomunicaciones y comercio por internet. Los establecimientos de ocio -incluyendo cines y teatros-, los hoteles, los bares y los restaurantes, salvo aquellos que repartan a domicilio, no podrán reabrir.

El Ministerio de Sanidad confía en que la vuelta al trabajo no traerá consigo un repunte de los contagios. "El grado de confinamiento será igual al que tuvimos las primeras semanas", explicó María José Sierra, del Centro de Coordinación y Alertas y Emergencias Sanitarias. "Nuestra percepción es que va a seguir suponiendo una reducción de la expansión del virus". 

Por primera vez, el Gobierno recomienda llevar mascarilla en el transporte público y también limpiar con frecuencia el coche si se utiliza ese medio de transporte para desplazarse al trabajo. Desde el lunes (el martes, si este es el primer día no festivo) agentes de policía nacional, autonómica y municipal y personal de Protección Civil comenzarán a distribuir 10 millones de mascarillas en estaciones de metro y trenes de cercanías. Sólo se entregarán a quienes se desplacen hacia sus trabajos en transporte público y su uso será "recomendable, no obligatorio", en palabras del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. En los trenes y autobuses se recomienda mantener la “distancia de seguridad” entre viajeros; en los automóviles, que en cada fila de asientos solo vaya una persona.

Para que la reanudación de la actividad económica se produzca de la manera más segura posible, el Ministerio de Sanidad ha publicado una guía de buenas prácticas en la que aconseja que las entradas y salidas de los centros se hagan de manera escalonada, que se mantenga una distancia mínima de dos metros en las zonas de acceso y en los puestos de trabajo, que se recurra a la videoconferencia para las reuniones y que se facilite el lavado frecuente de manos. “En particular, la zona de vestuarios debe garantizar que se puede mantener la distancia interpersonal y disponer de taquillas individuales para guardar la ropa”, reza la guía. Quienes tengan síntomas deberán seguir confinados en sus casas. “No debes acudir a tu puesto de trabajo hasta que te confirmen que no hay riesgo para ti o para los demás”, añaden las recomendaciones oficiales. Asimismo, se deberán adoptar medidas específicas para minimizar el riesgo de transmisión a las personas especialmente vulnerables, como las mayores de 60 años, las embarazadas y las que padezcan enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer o inmunodepresión.

Algunas empresas han hecho preparativos para garantizar la salud de sus empleados, pero otras carecen del material necesario para hacerlo, como mascarillas, guantes y otros componentes de equipos de protección individual (EPI). El Ministerio de Industria asegura que en dos semanas habrá mascarillas suficientes para distribuir en todas las empresas. Preocupados por la posibilidad de que no se adopten las medidas mínimas para evitar contagios, los sindicatos insisten en que únicamente deben retomar la actividad aquellas empresas que puedan garantizar la seguridad de sus trabajadores. “Sin protección no puede haber reactivación”, afirmó el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, tras la última reunión de seguimiento que mantuvieron los ministros económicos del Gobierno, los sindicatos y las organizaciones empresariales.

En la construcción, la vuelta al trabajo se puede retrasar por la falta de materiales y la dificultad para cumplir ciertas normas de seguridad, como el distanciamiento entre empleados. Para ayudar a constructores y trabajadores a retomar la actividad de manera segura, la patronal del sector y los sindicatos han elaborado una guía de medidas que se revisará periódicamente. 

Los trabajadores afectados por la suspensión de la actividad durante la Semana Santa recibirán la paga que les hubiese correspondido si hubieran seguido trabajando, incluyendo los complementos salariales. Las horas perdidas deberán recuperarse antes del 31 de diciembre, pues la retribución del permiso obligatorio corre a costa de las empresas. La recuperación deberá pactarse entre la dirección y las plantillas en una negociación que podrá durar como máximo siete días.