Una economía más humana, igualitaria y sostenible

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Julio 2023 / 10

Alternativas económicas ha prestado desde su nacimiento, hace 10 años, una atención especial a la economía feminista. El número extra que tienes en tus manos es el segundo que dedicamos a una corriente de pensamiento que, aunque nacida a finales del siglo XX, ha ganado brío en lo que llevamos de siglo XXI. En la primera ocasión, hace cinco años, presentamos 72 propuestas para incorporar la perspectiva de género al mayor número posible de actividades económicas; esta vez hemos seleccionado 13 conversaciones con destacadas feministas entre el centenar largo de entrevistas que hemos publicado desde nuestros inicios. 

El feminismo es, junto con el europeísmo y la defensa del medio ambiente, uno de los ejes de nuestra línea editorial. Al abordar los temas económicos, en Alternativas económicas tratamos de centrar nuestra mirada en los temas cotidianos con trasfondo económico —pensiones, educación, sanidad, emergencia climática, precios, salarios, cuidados…—, muchos de los cuales afectan de manera especial a las mujeres. 

A pesar de los avances en materia de igualdad de género, muchas mujeres siguen sufriendo discriminación en diversos ámbitos de la vida. Por regla general, cobran menos que los hombres por hacer el mismo trabajo, afrontan más obstáculos para tener una buena carrera profesional, están menos representadas en los órganos directivos de las empresas y llevan a cabo la mayor parte de los trabajos domésticos, por no hablar de la crianza de los hijos. Estos desequilibrios explican por qué la pobreza afecta más a las mujeres que a los hombres en todo el mundo. Son, en gran medida, consecuencia de un modelo económico creado por hombres y para hombres que apenas tiene en cuenta las necesidades, la experiencia y la actitud vital de las mujeres. 

Observar el mundo con perspectiva de género nos obliga a replantearnos el concepto de economía. Como sostiene Lourdes Beneria, una de las protagonistas de este número extra, la economía feminista no solo ayuda a visibilizar las desigualdades entre hombres y mujeres, sino que pone en cuestión dogmas de la economía ortodoxa y del capitalismo neoliberal y nos ofrece una visión alternativa, más humana, igualitaria y sostenible. 

La economía feminista pone sobre la mesa nuevos conceptos, marcos analíticos y metodologías que nos ayudan a entender mejor el mundo y ponen de relieve que los métodos tradicionales para medir la salud de la economía han quedado obsoletos. No hay más que ver la manera de calcular el Producto Interior Bruto (PIB), que solo tiene en cuenta el trabajo a cambio de una prestación económica y excluye el trabajo en el hogar no remunerado, hecho mayoritariamente por mujeres. La gran paradoja es que el propio sistema ignora actividades que son fundamentales para su supervivencia.

Para las economistas feministas, la economía no se reduce a la producción y distribución de bienes y servicios, sino que también consiste en la cooperación y los cuidados de las personas. Todos —niños, niñas, hombres y mujeres— somos vulnerables y necesitamos cuidados en algún momento de nuestras vidas. Son ideas que cuestionan la visión tradicional del trabajo y de la producción y que nos obligan a repensar cuál es el valor de las distintas actividades económicas. 

La dedicación de las mujeres al cuidado de las personas las hace especialmente sensibles a la importancia de cuidar el planeta, cuyo deterioro parece imparable bajo el modelo económico actual. La economía feminista nos desvela la profunda relación entre lo medioambiental y la igualdad de género. Sin las mujeres es imposible hacer frente a la crisis climática causada por un uso abusivo de los recursos naturales y del exceso de consumo.

En Alternativas económicas creemos en la economía social, aquella que pone a las personas por delante de los beneficios, y en una economía que no destruya el planeta, que contribuya a avanzar en la igualdad de género y fortalezca una Europa integrada, solidaria y en paz. Tratamos de predicar con el ejemplo: desde el principio hemos mantenido la paridad dentro de nuestro propio equipo, entre los periodistas y expertos que escriben en ella y entre las personas que entrevistamos. Las mujeres que protagonizan este número extra nos ofrecen perspectivas diversas y enriquecedoras sobre el feminismo, la economía y la vida. Y sobre todo, dejan claro que está en nuestras manos optar por un modelo que funcione para todos, no para unos pocos. ¡Buena lectura!