10 — CLASE TRABAJADORA // Día 23
Juanjo Millás comentaba hoy en el Hoy por hoy que quien está salvando el país es la clase trabajadora. Y que una huelga de ricos no se notaría. Realmente si alguien puede hacer una huelga indefinida sin que tenga ningún efecto social son los ricos. A menos que hagan una huelga de capitales (una evasión masiva de dinero) y obliguen a un nuevo ajuste social.
La pirámide salarial es a veces la inversa de la aportación de bienestar que hace cada persona. Los empleos socialmente más inútiles son los mejor pagados, y los trabajos esenciales son los que reciben salarios más bajos. Como toda afirmación lapidaria es exagerada, claro. Hay trabajos útiles en diversos puntos de la escala salarial y hay empleos parásitos entre los bajos salarios. Pero lo cierto es que no hay forma de saber cuál es la aportación social de cada empleo y que los salarios se fijan acorde con una escala de convenciones y valores sociales que hace que muchas actividades esenciales se incluyan no solo en las categorías peor pagadas, sino también en las de menor reconocimiento y prestigio.
La pirámide salarial es, a veces, la inversa de la aportación de bienestar que hace cada persona. En ocasiones, los empleos socialmente más inútiles son los mejor pagados, mientras que los trabajos esenciales son los que reciben salarios más bajos.
Estos días estamos descubriendo que nuestra salud depende tanto del personal médico, del de enfermería como del de limpieza y recogida de basuras. Que nuestro bienestar básico es el resultado de una cadena de empleos en la que interviene mucha gente haciendo muchas cosas complementarias. Ello nos debería conducir a pensar en esquemas de distribución más igualitarios, incluidas las escalas salariales. Porque ha sido precisamente el discurso sobre el mérito individual, la cualificación profesional y la diferenciación salarial lo que ha permitido hacernos olvidar que la mayoría de la población formamos parte de una base social diferente de los ricos.
