1 —HÉROES INVISIBLES // día 13

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Diciembre 2020 / 8

La pandemia obliga a todo el mundo a sacar lo mejor. Estos días abundan los comentarios en la red de apoyo al personal sanitario, que está en primera línea en la lucha por impedir que la epidemia se convierta en tragedia de enormes proporciones. Cuando las cosas van mal nos acordamos que estos servidores públicos, muchos de ellos en condiciones laborales precarias (por cierto: no parece que la privada actúe con la misma dedicación y nadie confía en que el mercado resuelva el problema), reconocemos su esfuerzo y su disposición a trabajar allí donde más peligro hay. Pero para que se evite lo peor hace falta el trabajo de mucha más gente a la que no se le suele dar el mismo reconocimiento, empezando por el personal de limpieza de las instalaciones sanitarias, crucial para garantizar su asepsia y continuando por toda la legión de personas que van a tener que seguir estando en la brecha para garantizar suministros y servicios básicos: transportistas, personal de las tiendas de productos básicos, cuidadoras en residencias de ancianos y trabajadoras familiares (casi todas mujeres), personal de mantenimiento de servicios básicos, servidores de diferentes servicios públicos... Si ellos fallan, puede devenir un caos sanitario y social. Los que vamos a quedarnos en casa tenemos la oportunidad de reflexionar sobre el enorme tejido de cooperación que verdaderamente garantiza un buen funcionamiento social y empezar a pensar que reconocer el mérito de toda esta gente es tan valioso como el que merece el personal sanitario que trabaja por nuestra salud.