La alternativa a la "distopía" de hoy

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Diciembre 2023 / 119
¿Sociedad de mercado o sociedad decente?
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"No queda otra que ser antisistema". Diáfana, la conclusión a la que llega el economista gallego Albino Prada Blanco tras analizar "la sociedad de mercado" en que vivimos, y que califica de "distopía".

¿Una distopía? Si en la Tierra aterrizara un marciano y le contaran lo que hay, la afirmación se entiende mejor. Objetivamente, hay una lucha entre un imperio en declive (EE UU) frente a un poder emergente (China). Y la batalla se libra sobre un tablero que reserva un papel primordial, en ocasiones mayor que el de los mismos Estados, a grandes multinacionales y a grupos financieros globales, cuya lógica de competencia y de búsqueda de beneficio lleva a rebajas en las condiciones de vida y trabajo de la gente, a la imposibilidad de acceso a la vivienda para una parte importante de la población, a migraciones masivas de personas que intentan sobrevivir donde y como pueden, mientras se abren paso Gobiernos posdemocráticos con frecuencia liderados por demagogos ante una ciudadanía "consumista por encima de cualquier otra consideración", con el corolario de una sobreexplotación de recursos que pone en riesgo la supervivencia del planeta. 

El relato de este profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, muy crítico con el funcionamiento y las prioridades de la Unión Europea y su banco central (el control del déficit, la deuda y la inflación), le sirve de punto de partida para reivindicar lo que llama "una sociedad decente".

Dos modelos de sociedad

En la sociedad por la que aboga el autor el uso de la riqueza posibilita que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades, al margen del azar de dónde hayan nacido. El concepto se contrapone a "la sociedad de mercado", subordinada al dinero y los precios.

El título del libro de Prada, con prólogo de Yolanda Díaz, plantea justamente este dilema: ¿Sociedad de mercado o sociedad decente? Y se trata de un dilema aplicable a cada uno de los retos a los que nos enfrentamos: la crisis energética y la emergencia climática, el modelo de transición digital en curso, la sanidad pública y las preguntas que dejó la pandemia del coronavirus y, por supuesto, los enigmas que plantean la inteligencia artificial, los opacos algoritmos y el big data. Destacan las bien documentadas reflexiones de Prada sobre la evolución del tiempo de trabajo —la revolución tecnológica no está implicando la reducción de jornada, a diferencia de lo que sucedió en el pasado—. Es una cuestión que ha trabajado a fondo.

Después de esta exposición, pudiera parecer un libro tremendista que lleva a la desesperanza. Sin embargo, el autor contrapone una salida, una vía a seguir, ante cada desafío. El hilo conductor de sus propuestas consiste en no fiar la solución al crecimiento económico, sino en priorizar en cada decisión el progreso y la inclusividad social. No es casi nada, considerando, como apuntaban hace una década Christian Laval y Pierre Dardot, y como recupera también el autor, cuál es la nueva razón del mundo: la lógica del mercado y del dinero. Resulta más difícil escapar de una racionalidad que de la cárcel.