Reducir la jornada es bueno para el planeta

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Septiembre 2022 / 105

Ilustración
Andrea Bosch

Diversos estudios con metodologías distintas coinciden en que los países donde se trabaja menos horas dejan una huella de carbono más baja.

Trabajar menos tiempo haría que el planeta respirara mejor? Parece claro que sí. Tras analizar varios estudios publicados sobre el tema, cuatro investigadoras e investigadores húngaros y austriacos han constatado que la mayoría de ellos llega a conclusiones similares*: la reducción de la jornada laboral disminuiría nuestro impacto medioambiental, porque, principalmente, aducen que al reducir los salarios [parten de esa base], se reduciría nuestro nivel de consumo. Los autores subrayan, sin embargo, que es imposible comparar dichos estudios entre sí porque sus metodologías son demasiado diferentes.
En 2013, la Universidad de Massachusetts analizó los datos de 29 países ricos, miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre 1970 y 2007. Su conclusión no admite dudas: los países que trabajan menos son los que tienen una huella de carbono más baja y viceversa. Los autores de dicho análisis han modelizado las trayectorias seguidas por los diferentes países y han demostrado también que una reducción de la jornada laboral del 10%, cuando va acompañada de una disminución de los ingresos, reduciría la huella de carbono en el 14,6% y las emisiones de CO2 en el 4,2%.

Si el mundo calcara el modelo de EE UU, en 2050 se emitiría el 30% más de CO2


En 2011, Sandrine Rousseau dio, en su calidad de economista, algunas claves para comprender este fenómeno. En un artículo escrito conjuntamente con François-Xavier Devetter, estableció que los hogares en los que se trabajaba muchas horas eran más susceptibles de tener salarios elevados y, por tanto, de consumir más. Estas unidades de convivencia tenían tendencia a comprar casas mejores, a viajar más rápidamente en coche o en avión y a comer en restaurantes., unas prácticas incompatibles con un modo de vida ecológico. 
En 2015 se publicó en línea un estudio sueco que sostenía una tesis similar**. Reducir la jornada laboral en el 1% y, por tanto, los ingresos, haría bajar el consumo de energía de los hogares suecos en el 0,7%, mientras que las emisiones de carbono lo harían en el 0,8%, según los autores.

Menos consumo y coche 
A las mismas conclusiones llegaron investigaciones del otro lado del Atlántico. Un estudio de la Universidad de Boston publicado en 2018 demostró que, en EE UU, los estados en los que se trabaja más son también los que tienen un nivel más alto de emisiones de carbono. “Pensamos, pues, que la reducción del trabajo puede dar resultados concretos” en lo que a medio ambiente se refiere, afirman. Por el momento, Estados Unidos, que es el segundo país más contaminante del mundo, no está haciendo suficientemente los deberes.
En 2007, David Rosnick y Mark Weisbrot concluyeron en un estudio comparativo entre la situación en Europa y EE UU — ¿Las horas de trabajo más cortas son buenas para el medio ambiente?— que, si los 15  primeros países de la Unión Europea trabajaran tanto como los estadounidenses, su consumo de energía aumentaría el 25%. Y, lo que es peor, si todo el mundo calcara la organización del trabajo de Estados Unidos, en lugar de la de la UE, las emisiones mundiales de carbono de aquí a 2050 aumentarían enl 30%. En esa fecha, la temperatura habría aumentado de 1º C a 2º C, es decir, el planeta sería invivible. 
Pero, ¿cómo poner en práctica en concreto una reducción de la jornada laboral? Una investigación llevada a cabo en 2019 por la Escuela de Comercio Henley Business School, vinculada con la Universidad de Reading, en Inglaterra, ofrece una serie de pistas para la reflexión. Los investigadores señalan que las empresas que habían establecido la semana de cuatro días habían hecho posible que la mitad de sus empleados redujeran significativamente la distancia que cada semana recorrían en coche.
Aplicando estos resultados a escala nacional, los investigadores evalúan que una reducción de la jornada laboral semejante disminuiría el transporte por carretera en 898 millones de kilómetros semanales. Es un dato nada despreciable si se tiene en cuenta que el transporte en Reino Unido representa el 28% de las emisiones de gas de efecto invernadero.

Ojo con el tiempo libre 
Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Reading advierten: una política de reducción de la jornada laboral solo tendrá un efecto beneficioso para el medio ambiente si el tiempo libre se utiliza para llevar a cabo actividades de bajo consumo de carbono. En otras palabras, si la gente aprovecha ese día libre adicional para irse al extranjero en avión o conducir un deportivo de lujo, el resultado podría ser contraproducente.
Una buena noticia, sin embargo es que tras el establecimiento de la jornada de 35 horas en Francia, un artículo  publicado en 2005 reveló que la mayoría de la gente había utilizado su tiempo libre para llevar a cabo actividades ecocompatibles como disfrutar de la familia, leer, cocinar y hacer labores de jardinería.

 

Para reflexionar

 

La ecología del trabajo
Laura Mora Cabello de Alba y Juan Escribano
Editorial Bomarzo

En busca de un trabajo que sostenga la vida, la ecología del trabajo viene a ser, según la profesora Laura Mora Alba de Cabello, un cambio de paradigma productivo que, desde el feminismo y el ecologismo, sitúe el trabajo "como eje de convivencia en un ecosistema sano y sustentable”.

 

 

 

 

 

 

 

 

Quatre dies: treballar menys per viure en un món millor
Joan Sanchis
Editorial Sembra 

Sanchis, asesor del Gobierno valenciano en su impulso de la reducción del tiempo de trabajo, apela a necesidades ambientales, sociales y económicas para dar el paso, desde un libro ameno que viaja del pasado a la realidad de hoy, con consejos para reorganizar los procesos productivos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Trabajo: historia de cómo empleamos el tiempo
James Suzman
Editorial Debate

La mayor parte del tiempo —el 95%, sostiene el autor—, el trabajo no ocupó el lugar central que le damos hoy en nuestras vidas. Con su visión antropológica del trabajo, el libro de Suzman nos ayuda a ser capaces de observar el mundo con otras gafas, al menos durante el enriquecedor rato de lectura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Friday is the new Saturday
Pedro Gomes
The History Press Ltd. 

El economista portugués propone una semana de cuatro días no como una práctica de gestión ni como una conquista de derechos laborales. Con un punto provocador, cree que sería una innovación social revolucionaria positiva para el conjunto de la economía.