Más cultivos ecológicos

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Junio 2021 / 92

Ilustración
Andrea Bosch

Bruselas busca reducir el uso de pesticidas y fertilizantes y aumentar la superficie cultivada en modo 'bio' para 2030. ¿Cómo conseguirlo?

Cerca de Bruselas, Marianne Streel cultiva remolachas, achicoria y trigo en sus 160 hectáreas en Hesbaye, un pequeño rincón fértil de Valonia. Streel es agricultora, como también lo fue su padre, y preside además la federación valona de agricultura. Cuando el pasado 20 de mayo la Comisión Europea anunció que quería reducir el uso de pesticidas en un 50% y de fertilizantes en un 20% de cara al año 2030, su reacción fue mixta: "La comunicación de la Comisión me pareció bastante violenta, como si no hubiera tenido en cuenta todos los esfuerzos ya realizados por los agricultores para ir evolucionando hacia una mayor sostenibilidad".

El Ejecutivo comunitario revisó su posición en materia agrícola cuando anunció en la mencionada fecha sus estrategias De la granja a la mesa y Biodiversidad.

"Esta propuesta de política alimentaria global es algo que ya venimos praticando desde hace mucho tiempo", señala Geneviève Savigny, agricultora de la coordinadora europea Via Campesina, que milita a favor de una agricultura campesina. "Pero las soluciones concretas que propone Bruselas se mantienen aún vagas, y tememos que los cambios que propone sean más bien cambios cosméticos que permitan a las grandes estructuras recibir todavía más ayudas", añade Savignyt.

Los estragos de la intensificación agrícola

El Ejecutivo comunitario toma un rumbo verde, con el año 2030 como horizonte. Más allá de perseguir que se produzca una disminución de los pesticidas, la Comisión Europea querría que, dentro de nueve años, al menos el 25% de las superficies agrícolas de la Unión fueran ecológicas. Y por lo que respecta a las pérdidas de fertilización —buena parte de los fertilizantes se disuelven en  el aire o en los ríos—, el Ejecutivo de Bruselas pide que se reduzcan a la mitad. El objetivo es proteger la biodiversidad.

Como recordaba en el año 2019 la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) en su informe anual, "la intensificación de la agricultura se mantiene como una de las causas principales de pérdida de biodiversidad y de degradación del medio ambiente en Europa". 

Por otra parte, un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión concluía el año pasado que algunas medidas de la Política Agrícola Común (PAC) negociadas entre Estados miembros —como la obligación de diversificación, que consiste en que las explotaciones tengan tres cultivos diferentes, o dos— "no han puesto fin a este deterioro".

50% Bruselas quiere reducir el uso de pesticidas a la mitad para el año 2030. Se propone también que disminuya en un 20% el uso de fertilizantes

20% El Parlamento Europeo y los gobiernos estudian condicionar entre el 20% y el 30% de los pagos a los productores a la adopción de prácticas 

En la Comisión Europea se recuerda que las grandes cifras de la estrategia De la granja a la mesa son, sobre todo, objetivos políticos. Es una manera de sacudir el cocotero y de mostrar cuál es el camino a seguir. Para conseguirlo, se desplegarán iniciativas comunitarias como la revisión de la directiva sobre la utilización sostenible de los pesticidas, un plan de acción sobre la gestión integrada de nutrientes y otras sustancias para sosteneer el sector bio. Por ejemplo, se plantea incentivar las políticas de compras públicas de productos ecológicos. También se financiarán proyectos de investigación sobre temas como los biopesticidas.

Condiciones a los pagos directos

Sin embargo, la pieza central del rompecabezas debería ser la Política Agraria Común (PAC), cuyo montante para el periodo presupuestario 2021-2027 se está negociando entre el Parlamento Europeo y los gobiernos de los países miembros de la UE. En el corazón de las discusiones está el principio de condicionar entre el 20% y el 30% de la cuantía de los pagos directos a los productores a que adopten prácticas favorables al medio ambiente y a que vayan más allá de las normas medioambientales básicas en los ecoesquemas. [Los ecoesquemas son pagos anuales directos que se otorgan por hectárea o cabeza de ganado a aquellos agricultores que acepten compromisos medioambientales más allá de la condicionalidad reforzada.]

La Comisión ha dado ejemplos de ecoesquemas que contribuirían a lograr los objetivos de la estrategia: la diversificación y la rotación de cultivos, la creación de praderas permanentes, la conversión a la agricultura biológica o agricultura llamada "de precisión". Todas estas prácticas deberían permitir que se redujera la utilización de insumos.

Pero dentro de la nueva PAC, los Estados miembros dan forma a sus propios planes estratégicos nacionales en función de sus prioridades, y deberán elaborar su propia lista de ecoesquemas, para someterlos después a la aprobación por parte de Bruselas. 

"Los Estados van a tener una gran flexibilidad", explica Célia Nyssenys, de la ONG Oficina Europea del Medio Ambiente, quien añade: "Estos planes estratégicos podrán ser utilizados para llevar a cabo medidas ambiciosas, pero también para perpetuar el statu quo. No esperamos un nivel de ambición muy elevado".

Guillaume Cabot, vicepresidente del sindicato de Jóvenes Agricultores franceses y él mismo ganadero y agricultor en policultivo de 160 hectáreas en el departamento de Seine-Maritime, concede, en tono dubitativo: "En un momento dado, hace falta que estos objetivos sean alcanzables en plazos realistas". En su explotación, Cabot utiliza las alternativas a los pesticidas siempre que puede: azufre o productos de biocontrol, como la maceración con ajo. "Estoy preparado para realizar esfuerzos, para emplear los productos que sean menos tóxicos, pero no  tienen que impedirnos utilizar otros productos en algunas situaciones en las que no tengamos alternativa". 

Muchos agricultores, dispuestos a evitar un uso indiscriminado de productos químicos 

Marianne Streel, por su parte, asegura que necesita neonicotinoides para sus remolachas. Recuerda: "como las empresas agrícolas comprometen grandes inversiones, las prácticas no pueden cambiar tan deprisa como querríamos". Apunta que ella ya disiminuye los insumos. "Yo no pulverizo pesticidas como sí que hacía mi padre. Lo hago en función, por ejemplo, de las heladas, del desarrollo de la planta, de la estación... Si considero que no hay peligro, no aplico el pulverizador". Su temor es que las nuevas reducciones tengan un impacto negativo sobre los ingresos ya escasos de los agricultores. 

Más tecnología e investigación

Ambos agricultores utilizan aplicaciones y programas informáticos que les ayudan a tomar algunas decisiones. Calculan cosas como las necesidades de fertilizantes de una determinada planta en un determinado lugar. "La tecnología y la investigación son necesarias" para poder pasar sin sustancias químicas, declara Guillaume Cabot.

La precisión, el uso de datos, las imágenes por satélite, los drones... son elementos para reducir el uso de insumos que forman parte de las soluciones que preconiza la federación de sindicatos agrícolas y de cooperativas europea Copa-Cogeca. Para Geneviève Savigny, en cambio, estas soluciones tecnológicas "aunque a veces puedan resultar útiles, benefician en esencia a las grandes granjas, porque son muy costosas". Esta agricultora francesa considera que hay que priorizar los enfoques agroecológicos, es decir, la rotación de cultivos, los prados, el uso de estiércol y el mantenimiento de elementos naturales del paisaje, mientras, en su opinión, "los tratamientos químicos deben convertirse en la excepción". 

Los agricultores europeos están divididos. Pero el terreno parece abonado para abandonar un enfoque estándar en el que "se utilizan insumos químicos de manera indiscriminada, a veces preventiva", concluye Célia Nyssens. "La contaminación del suelo, de las aguas y las pérdidas de biodiversidad", añade, "son un problema enorme al que es necesario hacer frente. Al menos, estos objetivos, aunque en ocasiones sean insuficientes, muestran la dirección hacia la que debemos dirigirnos".