Los petroleros hacen piña

Por Yann Mens
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Junio 2022 / 103

Las monarquías del Golfo reafirman su alianza de intereses con Rusia pese a la presión de EE UU.

Las petromonarquías del Golfo siguen, hasta el momento, mostrándose solidarias con Rusia, su socia en el seno de la OPEP+, y se niegan a aumentar su producción de crudo.

¿De turbios contaminadores a potenciales salvadores? Gracias a la guerra de Ucrania, la imagen de las monarquías del Golfo ha cambiado de un día para otro. Con frecuencia criticadas por su tendencia a no comprometerse con el cambio climático, de repente se las ha animado a que aumenten su producción con el fin de prevenir una perturbación de las exportaciones rusas que provocaría que se disparase el precio del barril y que precipitaría al mundo hacia una nueva recesión. Pero los reyes árabes del petróleo han dicho niet, a pesar de que Estados Unidos, su principal protector, se lo ha pedido con insistencia.

Las monarquías del Golfo han reafirmado su alianza de intereses con Rusia. Esta alianza se materializa desde 2016 en la OPEP+, en ka que se reagrupan los 23 productores del oro negro. En opinión de sus miembros, la joven organización ha permitido, tras la espectacular caída de los precios de 2014 y gracias a una política concertada de cuotas de producción, prevenir una competencia por los precios entre los principales productores. Y, por tanto, garantizarles unos ingresos bastante previsibles a pesar de los sobresaltos que ha sufrido la economía mundial, con el de la covid-19 a la cabeza. Es una previsibilidad tanto más importante cuanto que las monarquías del Golfo, empezando por Arabia Saudí, han puesto en marcha unos planes presupuestarios muy costosos para modernizar y diversificar sus economías, demasiado dependientes de los hidrocarburos.
 
Un mercado equilibrado

Con o sin guerra, no se cambia una política que funciona: el 31 de marzo pasado, la OPEP+ anunció que mantenía el modesto aumento de las cuotas que había previsto antes del desencadenamiento de la guerra en Ucrania. Justificó su decisión diciendo que el precio del barril había sufrido un fuerte aumento a comienzos de marzo, pero que, en seguida, había bajado en torno a los 100 dólares, y señalaba que, por el momento, no le parecía que los datos fundamentales del mercado hubieran sufrido una perturbación. La organización afirma que se trata de un razonamiento puramente económico y que no pretende hacer política.

Ante un embargo general del crudo ruso, el resto de productores no llenarían el vacío y el precio se dispararía

La posibilidad de que las negociaciones sobre el tema nuclear iraní desemboquen en un acuerdo y que Teherán vuelva a poder exportar petróleo justifica también la prudencia de la OPEP+, que no desea que en el futuro los mercados del oro negro se hundan y el precio del barril caiga en picado.

Mientras tanto, la organización hizo saber el pasado 11 de abril que, en caso de un embargo generalizado del petróleo ruso, el resto de los países productores no podrían llenar todo el vacío causado y que, por tanto, el precio del oro negro se dispararía.

Un frágil consenso

La alianza entre las monarquías del Golfo y Rusia durará mientras sus intereses coincidan. Pero la situación podría cambiar si, a medio plazo, las exportaciones rusas bajaran sensiblemente, bien porque un número creciente de intermediarios petroleros evitaran comerciar con Moscú por miedo a que se intensificaran las sanciones, bien porque Europa, que depende de Rusia para un cuarto de su aprovisionamiento de petróleo bruto, redujera significativamente sus compras en país de Putin, cuyo primer recurso es el oro negro. En ese caso, las monarquías del Golfo se verían tentadas a aumentar su cuota de mercado en el Viejo Continente, donde están poco presentes, a diferencia de Asia, donde están sólidamente implantadas, continente cuya competencia con Rusia podría aumentar. 

Desde el desencadenamiento de la guerra en Ucrania, algunos de los clientes de las monarquías árabes, como India, han aprovechado el debilitamiento de Rusia para comprarle petróleo a precio descuento. En tiempos de guerra, más aún que de ordinario, cualquier beneficio es bueno.