WhatsApp, Telegram, Signal... // ¿Qué hacen las aplicaciones con nuestros datos?

Comparte
Pertenece a la revista
Marzo 2021 / 89

Ilustración
Lola Fernández

Utilizar mensajería digital siempre requiere de una dosis de confianza. Todavía falta legislación y vigilancia de las aplicaciones, aunque algunas son más transparentes.

En enero pasado los teléfonos de los más de 2.000 millones de personas que usan WhatsApp recibieron un mensaje de texto de la empresa. El mensaje básicamente decía que había que aceptar la nueva política de privacidad o que la aplicación dejaría de funcionar en febrero (se ha aplazado al 15 de mayo). 

“¿Qué pasó? ¿Por qué tengo que firmar eso?”, se preguntaron muchos inexpertos en temas tecnológicos. Otros simplemente firmaron porque creían que no tenían otra opción. Al fin y al cabo, todo sus contactos usaban WhatsApp.

El mensaje se envió porque a partir de la fecha fijada, la información de los usuarios de WhatsApp se compartiría con Facebook (Facebook compró WhatsApp en 2014), menos en el caso de los usuarios en la Unión Europea. A la semana, Facebook decidió atrasar la medida porque la gente comenzaba a irse en masa a buscar otras aplicaciones. El anuncio benefició sobre todo a dos de ellas, que multiplicaron rápidamente su número de usuarios: Telegram y Signal.  Telegram creció en 25 millones de usuarios en 72 horas; Signal pasó de 10 millones a 50 millones de descargas en una semana.

Aunque hay más aplicaciones de mensajería, estas son las dos que tienen más gente hasta ahora, al menos en Europa. Y la gracia de estar en una aplicación de mensajería es que otras personas usen la misma para poder comunicarse.

Telegram: 25 millones de usuarios más en 72 horas tras el cambio en las políticas de privacidad de WhatsApp

Signal: 40 millones de descargas más en una semana tras el cambio en las políticas de privacidad de WhatsApp

Más sobre ti

Pero ¿qué importancia tiene, si ya se tiene Facebook, que la empresa vea también el WhatsApp? “Importa mucho”, responde Clarissa Veliz, investigadora y profesora de Ética, Filosofía Moral y Filosofía de la Mente en la Universidad de Oxford y autora del libro Privacy Is Power (el libro saldrá en otoño con Debate), una guía sobre cómo recuperar el control de los datos personales. “Es verdad que Facebook tiene algunos de tus datos. Pero al tener WhatsApp, pueden adquirir muchos datos más. Por ejemplo, datos sobre con quién te escribes más mensajes. En mi libro defiendo que no se trata solo de una cuestión individual, sino de un tema de democracia. Facebook comparte tus datos y los usa para vender acceso a tu atención. Empresas como Cambridge Analytica pueden usar esos datos y ese acceso para intentar manipular a los votantes en unas elecciones. Los datos personales que existen sobre ti pueden revelar cuestiones muy íntimas. Por ejemplo, se puede inferir si tienes alguna enfermedad, si has pasado por algún trauma, tus tendencias políticas, tu orientación sexual, tu poder adquisitivo, tu IQ, y muchas cosas más. Y esos datos pueden acabar en manos de tu compañía de seguros, tu jefe, o el director de recursos humanos de una empresa en donde quieras trabajar, entre otros".

Para vender

Gemma Galdón Clavel, analista de políticas públicas especializada en vigilancia y en políticas de seguridad y directora de Éticas Research & Consulting, coincide con Carissa Veliz en que sí hay un problema con la venta de los datos personales de Facebook, aunque difiere en cuanto al uso de los datos tan personales. “Los algoritmos no son tan buenos, se basan mucho más en a qué le has dado más que en hacer análisis de textos”, dice Galdón. “Nunca se ha demostrado que Cambridge Analytica haya podido lograr lo que se dice. Los algoritmos no funcionan tan bien y mucho menos si no hablas inglés. Miran tu ubicación, tu género, a los grupos a los que sigues y a los que les has dado like. Lo que haría Facebook al sumar los datos de WhatsApp es complementar la información. Tus patrones de uso pueden ser interesantes, y más pensando en la posibilidad de monetizar WhatsApp en un futuro, que es lo que quieren hacer. Enriquece su base de datos”.

¿Cómo saber que las demás no venderán también los datos?

“WhatsApp recoge más datos que Telegram y, a su vez, Telegram recopila más datos que Signal”, señala César Córcoles, investigador del grupo Technology Enhanced Knowledge and Interaction (TEKING) de la UOC. “Aunque las tres empresas necesitan datos de sus usuarios, la diferencia está en a cuántos y cuáles de ellos acceden y qué uso hacen de ellos”.

Facebook (y desde mayo fuera de Europa, WhatsApp) los vende. No lo oculta. Ese es su modelo de negocio. Vender publicidad a empresas que buscan públicos precisos y segmentados.

“Telegram introducirá la monetización en 2021 para pagar la infraestructura y los salarios de los desarrolladores. Generar 
ganancias nunca será nuestra meta final”
Pavel Durov, Cofundador de Telegram

Telegram espera cobrar algo para pagar al equipo de desarrollo. Según su propia web, el público puede comunicarse libremente y sin rastreo gracias a la aportación de Pavel Durov y su hermano Nikolai. “Pavel apoya a Telegram financiera e ideológicamente, mientras que el aporte de Nikolai es tecnológico. Para hacer Telegram posible, Nikolai desarrolló un protocolo de datos personalizado y único, que es abierto, seguro y optimizado para trabajar con múltiples centros de datos (...). Telegram introducirá la monetización en 2021 para pagar la infraestructura y los salarios de los desarrolladores. Generar ganancias nunca será nuestra meta final”. Eso no quiere decir que cobren directamente en mensajes cotidianos, sino para extras o para empresas. Pavel Durov también explicó en un mensaje que comenzarán a poner anuncios publicitarios. Y explica que es siempre dentro de la ética de la empresa.

“Signal”, explican ellos mismos, “es una organización independiente sin ánimo de lucro. No dependemos de ninguna compañía tecnológica importante, y tampoco podemos ser adquiridos por una. El desarrollo de Signal se sostiene con subvenciones y donaciones de gente interesada en la privacidad”, agregan.
Todas las personas expertas consultadas coinciden en que Signal es la plataforma más segura de todas para enviar y recibir mensajes. “Es de código abierto y no tienen problemas en que se les hagan auditorías. Cuando recibieron una solicitud del gobierno de los Estados Unidos pidiendo datos sobre un teléfono, Signal solo pudo entregar la fecha de registro y la fecha en la que la persona había usado Signal por última vez. Lo que esta anécdota muestra es que Signal recolecta el menor número de datos posibles"”, explica Carissa Veliz.

¿100% seguro?

No, 100% seguro no es nada en la web. Y en eso las personas consultadas coinciden. 

Signal no tiene fines de lucro y su funcionamiento es auditado libremente

Gemma Galdón Clavell remarca un tema relacionado con la política pública en todo lo que tiene que ver con Internet. “Si hoy vas a la farmacia, sabes que los genéricos han pasado unas pruebas y puedes confiar en ellos. Si vas al súper, sabes que los alimentos han pasado unos estándares. El problema con las redes es que hora mismo no hay ningún filtro entre lo que se produce y el consumidor final. La tecnología ha creado ese espacio muy anómalo de no regulación", agrega. "Es un wild west que hay que regular. Estamos frente a un escenario que no existe en ningún otro ámbito en sociedades democráticas. Por otro lado, en Europa tenemos leyes, pero no se cumplen, y tenemos que hacer que se cumplan”.

Existen ya demandas de fundaciones y organizaciones de la sociedad civil por aplicaciones y páginas web que no cumplen la ley.