Un freno para el crecimiento

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Febrero 2015 / 22

Debate: Un estudio de la OCDE concluye que la inequidad en una sociedad tiene un impacto negativo sobre la actividad económica.

La literatura económica plantea diversos argumentos para explicar que las desigualdades pueden tener tanto una influencia positiva como un impacto negativo sobre el crecimiento económico. En relación con este asunto, como ocurre con otros, a los economistas les cuesta decidir de modo concluyente.

Una parte de ellos explican que un elevado nivel de inequidad incita a los agentes económicos a trabajar más, a invertir y a asumir riesgos para intentar sumarse al club de los que han tenido mejor suerte. Y también que la existencia de unos ingresos muy elevados muestra que el rendimiento de una inversión personal puede ser muy alta, lo cual anima a la gente a actuar (por ejemplo, invirtiendo en educación). Además, subrayan que los ricos consumen una parte menor de sus ingresos si se compara con lo que hacen los pobres con los suyos. De este modo, una economía que presente grandes desigualdades internas suele arrojar un nivel de ahorro superior, circunstancia favorable a la financiación de la inversión y al crecimiento.


DESÁNIMO

Sin embargo, otros economistas consideran que un nivel elevado de desigualdades reduce el poder de compra de una parte importante de la población, factor que pesa sobre la demanda y reduce, en consecuencia, el crecimiento. Las familias que disponen de ingresos reducidos pueden sentirse desanimadas y decidir no invertir en educación, ya sea porque sufren falta de medios o porque tengan la impresión de que los puestos de trabajo más interesantes les resultan inaccesibles a ellos y a sus descendientes.

Al pensamiento económico dominante, por otra parte, le preocupa la eventualidad de que un nivel importante de desigualdades no se acabe traduciendo en la demanda de un sistema fiscal más progresivo por parte de los electores, ya que lo interpretarían como una señal negativa para los inversores...

El acceso a la educación es esencial

La brecha entre ricos y pobres aumenta

Los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han querido sacar algo en claro y se han lanzado a realizar un estudio empírico. Su conclusión es la siguiente: “Nunca en los últimos 30 años la brecha entre ricos y pobres había sido tan pronunciada en la mayor parte de países de la organización”.

Las cifras hablan por ellas mismas: el 10% de los más ricos ganan, de media, 9,5 veces más que el 10% de los más pobres, mientras que en los años ochenta, esta relación era de uno a siete. Estados Unidos es el país que más ha sufrido las desigualdades, pero también España, Turquía, Grecia, Italia y Alemania.

 

MÉXICO, MAL EJEMPLO

“Los resultados empíricos demuestran que las desigualdades tienen consecuencias negativas sobre el crecimiento económico”, avanza la OCDE. México perdió 10 puntos porcentuales de crecimiento a raíz del aumento de las desigualdades; el Reino Unido, alrededor de nueve puntos; Estados Unidos, Italia y Suecia, de seis a siete puntos. ¿Qué explicación cabe? Un incremento de las desigualdades atrapa a más y más hogares con menores recursos en una trampa educativa. Cuanto menor formación tengan, ellos y sus hijos toparán con mayores dificultades para encontrar empleo y contribuir de modo positivo al crecimiento económico. Un fenómeno que no afecta sólo a los más desprotegidos, sino que llega a concernir hasta al 40% de ciudadanos más modestos de la población.

De este modo, los gobiernos no deben elegir entre promover el crecimiento o luchar contra las desigualdades. ¿Qué tipo de política hay que poner en práctica entonces? La OCDE considera algo prioritario facilitar el acceso al sistema educativo para los hogares que disponen de menos recursos.