Negocio // Los laboratorios y sus márgenes desorbitados

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Septiembre 2021 / 94

Fotografía
L.F.

Origen
Getty Images

Los beneficios que generan las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna son injustificables.

La covid-19 es una mina financiera para los productores de vacunas de ARN mensajero, que obtienen unos enormes beneficios injustificados. En la lucha contra la pandemia destacan dos productores de vacunas, Pfizer-BioNTech y Moderna, cuyos productos parecen ser hasta el momento los más eficaces. Ambas empresas gozan de una demanda mundial inaudita y creciente: para 2021, Pfizer estima un volumen de negocio de 26.000 millones de dólares, y Moderna, de 18.000 millones únicamente con la vacuna.

Enriquecerse con la covid-19

Es una mina susceptible de hacer ricas a esas empresas y a quienes las dirigen. La revista Forbes ha elaborado una lista de 50 personas que se han hecho multimillonarias gracias a la pandemia. La encabeza Ugur Sahin, fundador de BioNTech, con una fortuna de 4.200 millones de dólares, y Stéphane Bancel, director ejecutivo de Moderna, con 4.100 millones. Por su parte, Oxfam International ha estudiado las empresas: 5.000 millones de beneficios para Moderna y 4.000 millones para Pfizer-BioNtech. ¡Ha habido épocas peores! 

El problema es, evidentemente, saber si esos beneficios y esas fortunas están justificados. Se pueden argumentar tres razones para defenderlos. Pero ninguna de ellas resiste a un análisis.

Precios de coste  comparado con
precios de venta
por vacuna

Pfizer-BioNTech

0,9 €
23,0 €

Moderna

2,30 €
19 €

¿Se trata de la recompensa por la innovación?  Las dos innovaciones estrella (el ARN mensajero y la proteína spike a los que la vacuna debe su eficacia) que han permitido un desarrollo tan rápido de las vacunas Pfizer y Moderna proceden de la investigación pública estadounidense, no de una investigación privada.

¿Se trata de la recompensa por el riesgo asumido? En este caso, el argumento tampoco se sostiene. Las dos empresas han recibido un inmenso raudal de dinero público por las ayudas directas y por los pedidos anticipados, lo que suprime el riesgo. Son los Estados los que, al financiar a los diferentes laboratorios, han asumido el riesgo. 

¿Se trata de un margen de beneficios normal, pero de un volumen fuera de lo normal? Cuando hay que vacunar a cerca de 8.000 millones de individuos con, al menos, dos dosis, el volumen es impresionante. Pero no tanto como el margen extravagante que se han asignado los dos laboratorios.

Las  empresas han recibido un raudal de dinero público

El coste de una vacuna es la suma del coste de dos etapas: la producción de la sustancia y su puesta a disposición (control de calidad, envasado, embalaje, etc). En el caso de la sustancia, el coste depende de la cantidad de ARN mensajero que contenga la vacuna. La de Pfizer-BioNTech, 30 microgramos, y la de Moderna, hasta el momento, 100 microgramos. Esto equivale, según los ingenieros químicos del Imperial College London, a un coste de producción de 61 centavos para la primera y de dos dólares para la segunda. ¿Y cuál es el coste de su puesta a disposición? El profesor Nilay Shah, director del departamento de ingeniería química del Imperial College London ha calculado para Alternatives Économiques: “se puede estimar que el de una vacuna ARN mensajero viene a ser de unos 27 centavos por frasco de 10 dosis”.

El coste final de una vacuna Pfizer-BioNTech es, pues, de unos 90 centavos y el de una de Moderna, 2,30 dólares. Y el precio de venta en Europa es de 18 dólares en el primer caso y 19 en el segundo. ¿Y por qué no acelerar en una autopista tan estupenda? En 2021, Pfizer-BioNTech ha subido el coste de su vacuna para los europeos de 18 dólares a 23 (19,50 euros). En plena pandemia mundial, los laboratorios, inundados de dinero público, no pretenden vacunar al mayor número de personas a bajo coste, sino sacar el máximo de beneficios de la situación. Sin límite.