El alto riesgo de la vuelta a la ‘titulización’

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Junio 2017 / 48

Mercados: Para facilitar la financiación de la economía, Bruselas quiere reactivar la transformación de los créditos en posesión de los bancos en títulos intercambiables en los mercados financieros.

Interior de la Bolsa de Londres. FOTO: PARLAMENTO EUROPEO

Los lobbies financieros consideran que uno de los asuntos más importantes que se están examinando en Bruselas es el establecimiento de un nuevo marco europeo de desarollo de la titulización. Esta política permite a los bancos transformar en títulos financieros los créditos de los préstamos que han otorgado a las empresas o a los particulares, y así poder revenderlos a otros actores en los mercados. Para ello, ponen dichos préstamos en Fondos de Titulización que emiten títulos. Los inversores que los adquieren reciben después el dinero a medida en que se van devolviendo los créditos. La operación permite a los bancos disminuir el total de créditos en su balance. De este modo, pueden obtener, en función de un capital dado, una capacidad de crédito adicional susceptible de movilizarse en beneficio de las empresas y los hogares.

Sin embargo, esta práctica conlleva serios riesgos para la estabilidad financiera: como los bancos ya no conservan en su balance los créditos correspondientes a los préstamos que otorgan, se ven incentivados a controlar menos la solvencia de los prestatarios. Antes de 2008, los bancos estadounidenses titulizaron sumas impresionantes de préstamos subprime* cuyos deudores no eran en realidad solventes. Cuando éstos dejaron de pagar, el mercado se hundió. Y como los productos titulizados habían sido revendidos por todo el mundo e integrados en múltiples productos financieros complejos, la crisis financiera adquirió rápidamente una amplitud planetaria.

 

ESTABLECER UN MARCO ESTRICTO

Tras la crisis, esta práctica cayó en picado en la Unión Europea: su volumen pasó de 800.000 millones de euros en 2008 a 200.000 en 2014. Hacer que vuelvan al nivel de 2008 permitiría, según estima la Comisión Europea, obtener entre 100.000 y 150.000 millones de euros adicionales para la economía real. Y, para impedir que vuelvan a tener lugar las derivas pasadas, propone enmarcar estrictamente esa titulización. Se trata de imponer exigencias de transparencia, obligar a los bancos a conservar una parte del riesgo en su balance y establecer para la titulización el sello “Simple, transparente y normalizada” (STS en sus siglas en inglés) destinado a garantizar a los eventuales compradores unos títulos de “buena calidad”.

Se trata de obligar a los bancos a conservar una parte del riesgo

La autoridad financiera admite que no tiene medios de información

Desde la crisis, los productos ‘titulizados’ tienen mala imagen

Los bancos estarían, así, obligados a desvelar, para cada producto titulizado, determinadas informaciones sobre los préstamos que transfieren a los inversores. Pero la falta de transparencia afecta también, por el momento, al propio mercado: las autoridades públicas poseen muy poca información sobre el número y el montante de los títulos intercambiados. Los únicos datos fiables proceden de los propios bancos. “La Autoridad europea de los mercados financieros tendría que haber recopilado esa información, pero ha explicado que no dispone de los medios para hacerlo”, indica Paul Tang, eurodiputado socialista holandés, ponente en el Parlamento Europeo del proyecto de texto. Para remediarlo, propone la creación de un registro público donde se recopile toda la información relativa a los títulos intercambiados.

 

EL CONFUSO SELLO STS

La Comisión Europea quiere también obligar a los bancos a conservar en su balance al menos el 5% de cada crédito titulizado para disuadirlos de deshacerse de productos tóxicos y responsabilizarlos de la calidad de los deudores. Sin embargo, en opinión de algunos expertos este umbral es demasiado bajo y proponen elevarlo al 30%. Los lobbies bancarios consideran, por el contrario, que ponerlo por encima del 5% significaría “matar el mercado” de la titulización. El pasado mes de diciembre, la Comisión de asuntos económicos y monetarios del Parlamento Europeo terminó por acordar un umbral del 10%, aunque prevé posibles excepciones. Pero los Estados, transmisores del lobbying de sus banqueros, presionan para bajar a la cifra inicial del 5% y el Parlamento podría tener que plegarse a ellos.

La Comisión Europea propone también crear una clase especial de productos, que llevarían el sello STS y que podría cubrir al 70% de los productos titulizados. “Desde la crisis, los productos titulizados tienen una imagen negativa y es importante mostrar que, en Europa,  esos productos son de buena calidad y de escaso riesgo”, explica Richard Hopkin, director de la Asociación para los mercados financieros en Europa (AFME) . Pero ¿quién será el encargado de otorgar dicho sello?

Para la Comisión Europea, deberían ser los bancos quienes precisaran si sus productos cumplen los criterios previstos. Algo “fundamental”, explica Frédéric Hache, de la ONG Finance Watch, pues les responsabiliza: los bancos no podrán descargar la responsabilidad sobre los hombros de una agencia de calificación como antes de la crisis. Los Estados preferirían, sin embargo, que fuera “un tercero” quien atribuyera ese sello. Dicha tarea podría ser encomendada a PCS, una asociación creada tras la crisis por el sector privado para lavar la imagen de la titulización y que ya atribuye un sello —puramente privado— a los productos que considera seguros.

La pregunta es cuál será la entidad que dé el sello de calidad 

El Parlamento Europeo y los ministros de Finanzas deben decidir 

En teoría, no se otorgaría el sello STS a los productos más complejos, por ejemplo, la titulización de créditos ya titulizados. Pero la ONG Finance Watch  lamenta que el sello pueda otorgarse a otros montajes sofisticados como el tranching, consistente en reunir en una única cesta préstamos muy diversos, algunos de los cuales es casi seguro que serán devueltos, pero otros tienen un elevado riesgo de impago. Después, la cesta se divide en trozos con perfiles de riesgo y rendimiento de la inversión más o menos elevados, que son revendidos a los inversores. 

Igualmente, la titulización sintética podría también beneficiarse del futuro sello STS. Se trata de un producto financiero muy especulativo en el que no se transfiere el activo, sino únicamente el riesgo que representa o, dicho de otro modo, el inversor final apuesta sobre el impago del prestatario inicial. Para llegar a un texto común, el Consejo de Ministros de Finanzas y el Parlamento Europeo deben aún ponerse de acuerdo sobre este asunto, sometido a lo que se denomina “codecisión”. Hay muchas diferencias entre ellos. El tema continuará y habrá que seguirlo de cerca. 


* LÉXICO

Subprime: crédito hipotecario de un tipo bastante elevado que se otorgó a hogares que no disponían siempre de los recursos necesarios para devolverlos. Su generalización y, posteriormente, su titulización en Estados Unidos, fue uno de los ingredientes de la crisis financiera de 2007.