Dublín se beneficia del ‘brexit’

Por Y.M.
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Mayo 2019 / 69

Resituarse: Sin esperar a que Reino Unido salga de la UE, las instituciones financieras transfieren parte de su actividad a la capital irlandesa y al continente.

Deal o no deal, algunos ya han tomado medidas para después del brexit, sea cual sea su fecha efectiva. Una parte del sector bancario y financiero, poco amante de la incertidumbre, ha considerado imprudente esperar al desenlace de ese folletín que son las negociaciones europeas y los debates parlamentarios británicos y que tiene a los 28 países miembros de la Unión Europea  en vilo desde el referéndum del 23 de junio de 2016 en Gran Bretaña sobre su permanencia o no en la UE. Hasta 269 firmas de diverso tamaño han trasladado parte de su actividad o de su personal a diferentes países de la Unión Europea, e incluso han creado nuevas entidades para implantarse en el continente, según estimaciones de William Wright, Christian Benson y Eivind Friis Hamre en un estudio recientemente publicado en la web del think tank New Financial.

Los autores se apresuran a precisar que dada la discreción que con frecuencia impera en el sector, su estimación es, seguramente, más baja que la realidad. Y pronostican que el movimiento se acelerará. Y es un movimiento sin vuelta atrás, en su opinión, dada la importancia del gasto ya realizado.

 

UN UNIVERSO MÁS  MULTIPOLAR

Ninguna plaza financiera europea se ha quedado con todos esos traslados, más o menos sustanciales en función de las instituciones. En ese nuevo universo más multipolar que se está dibujando, según expresión de los autores del estudio, Dublín, por el momento, está a la cabeza, ya que 100 empresas la han elegido, seguida de Luxemburgo (60), París (41), Fráncfort (40) y Ámsterdam (32). Geográficamente cercana a Londres, la capital irlandesa es una ciudad en la que se vive y trabaja en inglés. Y, sobre todo, tiene buena reputación en lo referente a gestión de activos, lo mismo que, en menor grado, Luxemburgo. Pues, como subrayan los autores del estudio, la elección de una ciudad europea para la implantación de una actividad depende del ecosistema ya existente (peritaje disponible, medio favorable en lo que respecta a regulación y fiscalidad, etc.). Los grandes bancos prefieren, por ello, Fráncfort, mientras que los especialistas en comercio y correduría optan por Ámsterdam. París, bien posicionada en la clasificación, no tiene una especialización determinada, aunque la ciudad francesa está considerada una capital de envergadura mundial, como Londres.

 

CONMOCIÓN EN LA CITY

¿Cómo calcular el peso de esos traslados? Los autores del estudio insisten en la idea de que no hay que fijarse demasiado en la cantidad de personas trasladadas. Las instituciones financieras desplazan el menor número posible de empleados, al menos mientras los países de acogida no se lo exijan. El mejor instrumento para medir es el volumen de negocios trasladado. A este respecto, Londres tiene motivos para inquietarse, pues ya se han transferido 800.000 millones de libras de activos bancarios, es decir, cerca del 10% de los activos del sistema bancario del Reino Unido, aunque pocas firmas lo hayan divulgado.

La capital de Irlanda goza de buena reputación

La gran banca apuesta por ir a Fráncfort

269 firmas han trasladado parte de su activdad

Con estos movimientos de deslocalización Gran Bretaña tiene mucho que perder, no solo por lo que respecta a las importaciones de servicios financieros, sino también por lo que hace a  los impuestos recaudados, dado el consiguiente descenso del volumen de actividad económica. Sin embargo, William Wright y sus colegas estiman, aunque no respaldan su convicción con detalles ni cifras, que aunque la posición de Londres se vea cada vez más afectada por el brexit , la capital británica seguirá siendo, en un futuro previsible, la primera plaza financiera del continente europeo.