Donald Trump quiere paralizar la OMC

Por Yann Mens
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Febrero 2020 / 77

Pugna: Washington bloquea el órgano de apelación que permite dirimir los contenciosos entre Estados. ¿Es una estrategia para modificar las reglas del comercio mundial?

Trump en el foro de Davos. FOTO: WHITE HOUSE

A Donald Trump le gusta dar una de cal y otra de arena. Por un lado, anunció el 13 de diciembre que se perfilaba la primera fase de un acuerdo con China para poner fin a la guerra comercial que enfrenta a los dos países. Ese anuncio, que tiene lugar después de otras proclamaciones rápidamente desmentidas, provoca el escepticismo de los mercados, debido sobre todo a la profundidad de los contenciosos que hay entre Washington y Pekín, especialmente en lo que respecta a la propiedad intelectual, y que van más allá del aumento de las tarifas aduaneras decretado por el presidente estadounidense a partir de febrero de 2018.

Por otro lado, de un modo más discreto, Donald Trump la emprende contra la Organización Mundial del Comercio (OMC), a la que ha decidido paralizar. No cabe duda de que la OMC estaba ya operativa a medias. La OMC tiene dos funciones. Una consiste en negociar nuevas reglas para reducir las barreras comerciales entre los Estados, una rama que no funciona desde que se estancó la ronda de negociaciones de Doha, que comenzó en 2001, debido sobre todo a las diferencias entre Estados Unidos, la Unión Europea y los grandes países emergentes. La segunda función de la OMC es jurisdiccional. Su objetivo es garantizar que se respeten las reglas acordadas por los Estados miembros. Para resolver los desacuerdos se instauró un procedimiento en tres etapas. En primer lugar, se organizan consultas entre las partes para intentar aproximar sus puntos de vista. Si persiste la discrepancia, se constituye un panel de expertos que hace un informe en el que se propone una solución para su resolución. Las partes pueden apelar contra dicho informe.

 

VIEJAS CRÍTICAS

Este recurso es examinado por el órgano de apelación (OA), constituido por siete miembros con un mandato de cuatro años, según la norma adoptada por consenso de los 164 miembros de la OMC. Sin embargo, desde junio de 2017, la Administración de Trump se niega a nombrar nuevos jueces. Hasta ahora, el OA podía funcionar porque contaba aún con tres miembros, el mínimo requerido para examinar un caso. Pero desde el pasado diciembre, cuando finalizó el mandato de dos miembros, el órgano solo tiene un juez y, por lo tanto, ya no pueden examinarse los recursos de apelación. Y estos tienen efecto suspensivo, es decir, que las recomendaciones de los paneles de expertos no pueden aplicarse hasta que no se pronuncia el OA.

Desde 2017 EE UU se niega a nombrar jueces

La oposición de Washington al órgano de apelación no data de la presidencia de Donald Trump. En 2016, por ejemplo, la Administración de Obama se negó a renovar el mandato de un juez del OA, pero, finalmente, se llegó a un consenso sobre un nuevo miembro. Estados Unidos considera que el OA sobrepasa sus atribuciones, que las sucesivas decisiones crean una jurisprudencia que limita los derechos de los Estados miembros y les impone unas obligaciones que no prevén explícitamente los acuerdos de la OMC. Para Washington, el OA no tiene la función de subsanar las eventuales lagunas de esos acuerdos, sino que eso corresponde a los Estados miembros. Esto supondría relanzar un proceso de negociación hoy bloqueado.

 

MEDIDAS ‘ANTIDUMPING’

Aparte de esa acusación de activismo judicial, lo que enfrenta a Estados Unidos y el OA es el fondo de algunos casos. Pues, si en general este da la razón a EE UU, como en el caso de las subvenciones a Airbus por las que la UE ha sido condenada, no lo ha hecho en más de una ocasión en el ámbito de las medidas antidumping que pueden ser tomadas por un Estado cuando considera que las empresas de otro país exportan productos a precios inferiores a los que tienen en su mercado interior. El OA consideró que el método de cálculo de los márgenes de dumping que Estados Unidos invocaba para justificar sus medidas de retorsión de orden tarifario no eran conformes a las reglas de la OMC. 

Con la esperanza de ablandar a la Administración de Trump, algunos expertos sugieren establecer una moratoria sobre las cuestiones relativas a las medidas antidumping, lo que permitiría al OA seguir examinando los casos relativos a otros temas. Sin embargo, no está claro que ello baste para hacer ceder a Donald Trump, si lo que él quiere es cuestionar a la OMC en general para poder utilizar en los enfrentamientos bilaterales el peso de Estados Unidos frente a países menos poderosos.