Cultura // De la precariedad al #NiUnaNeveraVacía

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Abril 2021 / 90

La pandemia ha impactado de forma brutal en el cine y el teatro. Ser artista en España ya era difícil antes, pero ahora se han tenido que activar ayudas de subsistencia ante la falta de ingresos.

Si ser artista ya era difícil en España antes de la pandemia, ahora lo es mucho más. El 97% de los actores y bailarines no tienen apenas ingresos y necesitan ayudas básicas de
subsistencia. Son datos de la encuesta hecha por la Fundación AISGE (Artistas Intérpretes, Sociedad de Gestión), que gestiona derechos de propiedad intelectual, publicada en marzo con datos de 2020.

Antes de la pandemia, el 33% de los intérpretes percibían unos ingresos anuales mínimos de 12.000 euros. Eran los afortunados. Ahora apenas llegan al 4%. Durante 2020 la fundación tuvo que destinar 4,3 millones de euros a más de 10.000 ayudas sociales.

“La crisis del coronavirus se ha cebado de manera particularmente cruel en el colectivo de artistas del audiovisual (actores y bailarines) durante 2020, año en el que, paradójicamente, han experimentado un crecimiento exponencial las plataformas digitales como Netflix, HBO, Movistar, Amazon Prime Video, etcétera, y las televisiones generalistas también concitaron mayores audiencias en torno a sus contenidos de ficción”, dice el estudio. “Se trataba de contenidos producidos antes de la pandemia, obviamente, y, gracias a los derechos de propiedad intelectual que tales emisiones y descargas generaron a actores y bailarines, la Fundación AISGE se erigió en la tabla de salvamento de esas miles de familias que dependen de los ingresos irregulares de un artista”.

Las plataformas habían generado esperanza. Entonces el 46% de artistas obtenían ingresos por encima de los 6.000 euros anuales. Es, para AISGE, "una cifra a todas luces modesta pero muy significativa para quienes pretenden vivir de su profesión artística.La situación remontó de manera muy tímida tras finalizar el confinamiento, el 21 de junio, pero el sector sigue sin haber podido reactivar las dos terceras partes de su actividad.

El productor de teatro Jesús Cimarro considera que la covid-19 "ha afectado a toda la cadena de la industria teatral del país: actores, técnicos, empresas, compañías y público. Nos estamos reconvirtiendo y adaptando a esta nueva situación. Hemos tenido que hacer protocolos para poder abrir las puertas de los teatros, para que el público pudiera entrar. Y además, hemos tenido que hacer protocolos para cada uno de los espectáculos y los teatros. Esto ha conllevado a unas situaciones complicadas. Ha habido que cerrar, hacer muchos ERTE y otros no han podido abrir. Se ha conseguido el desempleo para artistas y técnicos. Y en estos momentos estamos intentando volver a una cierta normalidad”. 

El problema del aforo

Uno de los sectores que más está sufriendo es el de las salas de teatro. "En la Sala Mirador entramos en ERTE hasta enero del 2021 y en enero empezamos a programar", explica el actor Juan Diego Botto, que regenta este teatro junto a su familia. "Teníamos un aforo de 120 butacas y estamos usando un poco menos de 60. No nos da para cubrir dos técnicos, un taquillero y una persona de producción. No llega para esos sueldos y esas altas de Seguridad Social. Nos sostiene la escuela de Cristina Rota, que se hace aquí. Pero otras salas no tienen esta posibilidad. O permanecen cerradas tirando del ERTE, o están abocadas a desaparecer".

"La salas están 
muriendo, la gente se está acostumbrando a ver cine en casa"

Para Botto, otro de los ámbitos que está en peligro es el de los cines. "Las salas de cine también están muriendo. La realidad vendrá a final del año. Un montón de salas van a cerrar", opina. 

"Venían sufriendo desde hace tiempo la competencia con las plataformas. Va a haber todo un sector de público que se ha acostumbrado a ver cine en casa. Hay grandes distribuidoras como Warner, uno de los estudios más grandes que existen, que ya hacen los estrenos simultáneamente en HBO y en el cine. La pregunta que nos hacemos es cuándo van a morir. Pero tenemos claro que lo harán", recalca.

Nueva campaña

Ivan Arpa, coordinador del Área Asistencial de la Fundación AISGE, explica el nivel de dificultad que ha tenido que atravesar su organización: “Tenemos un equipo de trabajo social y orientamos siempre acerca de recursos sociales, para que los artistas puedan tener una economía más o menos digna con los recursos públicos. Estudiamos sus informes de vida laboral, las competencias autonómicas, etcétera. Comunicamos los requisitos para la percepción del ingreso mínimo vital o subsidios especiales para trabajadores del sector de la cultura, por ejemplo”.

97% de los actores y bailarines no tienen apenas ingresos y necesitan ayudas de subsistencia

2/3 de la actividad en el sector no han podido recuperarse tras el confinamiento

Arpa añade: “Pero nunca en la historia hemos tenido el nivel de consultas de 2020. Se ha duplicado nuestro trabajo. Hemos sufrido demoras y poca agilidad. No es por justificar el marco público endeble. También nos ha pasado a nosotros. Nos ha sobrepasado. Ha sido una locura”.

En lo que llevamos del año 2021, el colectivo ha agotado ya todos sus recursos. Y las peticiones de ayuda se han incrementado el 35% (1.809 desde el 1 de enero al 15 de marzo). 

La fundación incluso ha lanzado una nueva campaña de ayudas de emergencia a través del programa #NiUnaNeveraVacía. A través de este programa se dan tarjetas para adquirir alimentos y productos de higiene básicos en determinados supermercados.